Milei: ¿un meme o futuro presidente de Argentina?

Quien no ha visto a Milei en redes puede considerarse un baby boomer informático. Polémico, ofensivo, tenaz y con un horroroso peinado sacado de los tiempos de los Beatles. Milei es la figura número uno del movimiento libertario desde hace no pocos años. Ahora cada vez parece más realista verlo dentro de poco en la Casa Rosada. Sus éxitos especialmente entre los jóvenes sumado a un discurso que promueve la rebeldía captura a más jóvenes argentinos y a otros tantos de Latinoamérica. Pero ¿Qué tan factible es el peluca Milei?

En 2015 apareció en la televisión la figura de Milei con su clásico cabello desaliñado con cierto aire de la era Menem. Javier Milei irrumpió en las pantallas de 50 y 6 pulgadas con una actitud lejana a  cualquier consenso o respeto al otro. Su manera franca y excesivamente violenta lo hizo de inmediato alguien memorable y atractivo en una era, la nuestra, hiperpolarizada. Su presencia y éxito mediático  no se podría explicar sin la irrupción de Donald Trump en 2016. Junto a otras figuras mediáticas del pensamiento liberal o conservador cómo son Laje, Kaiser y Gloria Alvarez. Javier Milei es el resultado de una época y de una región abatida por discursos estatistas y progresistas, a la vez que supo hacerse de un lugar en el imaginario colectivo latinoamericano.

Con un sólido pero dogmático discurso económico liberal, supo elegir a sus rivales: el Kirchnerismo primero y el macrismo después. Ahora muchos sondeos le dan serias posibilidades políticas. Sin embargo, su capital político es principalmente bonaerense, por lo cual tendría dificultades de hacerse con el poder en Argentina. No obstante hay dos factores que lo podrían beneficiar a corto y largo plazo.

Felizmente el peronismo gobierna… y dividido. Desde el regreso del peronismo con  el presidente Fernández, pero a su vez este enfrentado a la ex mandataria, Cristina, todo hace ver una próxima implosión del actual gobierno argentino. Súmese a esto una inflación galopante, con dos tipos de cambio, el oficial y el dólar blue. Esto sumado a la baja producción, el aumento de la pobreza que ya ronda casi el 60% más altos impuestos que ahogan la economía argentina, hacen del discurso de Milei una opción para los desesperados en una situación económica y política de por sí desesperada. Esto a corto plazo.

Existe además otro factor que lo beneficia a largo plazo y son los jóvenes. Durante los últimos años el discurso de Milei sumado a la situación desastrosa de Argentina, ha comenzado a captar el interés de un grupo de votantes menores a 28 años. Su forma mordaz, agresiva y hasta grosera heredada de la edad dorada de Twitter no hace más que florecer en la era de Tiktok. A esto la izquierda no puede hacer frente al perder el discurso de rebeldía el cual ha pasado al discurso liberal más extremo. Ese discurso rebelde que llevó y consolidó en el poder por más de quince años al Kirchnerismo después del desastre que significó el corralito financiero, se basó en la clásica demonización del neoliberalismo cómo fuente de todos los males, ahora la narrativa es distinta. El discurso libertario antiestatista y antiprogre florece entre los más jóvenes argentinos, que ven en Milei una salida seria y a su vez divertida.

Después del descalabro que ha significado 2022 para la derecha latinoamericana, quizá sea Milei esa opción de recuperación a mediano plazo, no solo para la derecha argentina sino continental. Curiosamente sus posibilidades crecen pues en el último gobierno de Cristina se bajó la edad del voto de 18 a 16 años. Y es sabido que los nacidos después del año 2000, los centennial, son el grupo de votantes más duro de Milei. Sus posibilidades son serias, el problema es si sus políticas draconianas, que van de la dolarización de la economía a una aplicación extrema de las enseñanzas de Friedman y Hayek, podrán afrontar con éxito a una de las culturas más sindicalistas de Latinoamérica. Está por verse si bastará su discurso, de momento en redes sociales Milei arrasa.