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Miguel Ángel Velit, un artista de acero en el MAC

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A principios del siglo pasado se inventa la soldadora, un invento que revolucionó la industria, y en el arte ocurre un cambio total, ya que antes lo tradicional que se usaba para hacer esculturas eran piedra, bronce, cera,  y eran cosas más clásicas, eso se venía haciendo desde 1500. Al entrar la soldadura hay un escultor español que es el pionero,  Julio Gonzales, es el artista que comienza a trabajar con chatarra utilizando diversos espacios, creaba figuras de guerreros, arqueros y formas abstractas en el espacio con material reciclado, cosa que nadie trabajó antes. En Perú actualmente hay varios artistas, pero uno que destaca es Miguel Ángel Velit, estos días participa de una muestra colectiva en el MAC, con su escultura de acero titulada Sin fin.

Lima Gris llegó al Museo de Arte Contemporáneo y conversó en Miguel Ángel Velit, quien nos habla de la importancia de esta muestra colectiva, de la revolución de la soldadura y del proceso de su obra.

Háblanos de Julio Gonzales.

Julio era amigo de Picasso, digamos que influenció a Picasso y también empieza a trabajar con la chatarra y con intensidad, cosa que cuando viaja a Nueva York  comienza hacer unas esculturas grandes como la que estas en Chicago, la máscara africana por ejemplo, la cual dona a un edificio grande que recién lo estaban construyendo, cuando Nueva York y Chicago eran el boom de una ciudad nueva.

¿Lo que revoluciona la escultura es la soldadura?

Sí, la soldadura cambia todo el concepto de lo que es la escultura en esa época, y después hay artistas que también ingresan a la escultura como Antony Caro, Michael Lyons, David Smith, que fue un americano que era soldador y estudió escultura en Nueva York, se puede decir que es el padre de la escultura moderna en los Estados Unidos.

A parte de estudiar  arte en Argentina, también estudiaste tornería en SENATI.

Sí, estudié tornería durante los años ochenta,  eso me fogueó, después deje la parte industrial y me dediqué a estudiar arte desde lo básico que es dibujar, y luego tuve la beca para Argentina. Después me volvió la onda de lo que había estudiado en SENATI, y me fui comprando de a poquito mis maquinas, mi soldadora, mi cortadora, cinceles y compresora para pintar. Esta escultura que se titula Sin fin, es un homenaje al maquinismo, incluso Chaplin hace la película llamada Tiempos modernos, por eso que se puede ver ese tipo de rueda, y formas geométricas, y hay fierros alrededor que dan la sensación que la escultura se seguirá haciendo.

Foto César Campos

¿Cuánto pesa y cuánto mide esta escultura Sin fin?

Más o menos pesa  tres toneladas y mide 10 metros.

Ponerle el nombre Sin fin ¿significa que en cualquier momento puedes continuar?

Puede continuar, esta es mi segunda columna Sin fin,  más adelante haré una más grande.

¿Y dónde trabajaste esta escultura tan grande?

Saqué un cable y mi soldadora a la calle, y comencé a soldar en la puerta de mi taller, y la gente me veía soldando y se acercaba se ponían a conversar conmigo, era como un festival de arte callejero, yo soldaba y golpeaba y la gente me decía que bacán y me arengaba para que yo siga haciendo la escultura, y también hubo vecinos que llamaron a serenazgo, porque por momentos hacía mucha bulla. Pero a serenazgo le invitaba una gaseosita y me dejaban trabajar.

En esta muestra colectiva  sobre esculturas de acero en el MAC se observar la versatilidad de los artistas.

Aquí  se observa diferentes viñetas, según su vivencia y personalidad de cada artista. Hay un artista cusqueño  Carlos Olivera que trabaja la mitología, esta Javier Aldana que aglutina el metal en formas de apachetas,  también esta Iliana Scheggia que hace una escultura sonora con paneles solares, otro es Ango Shimura,  que hace como un arco japonés, también se encuentra Pool Guillén que ha trabajado unas formas abstractas pegadas contra la pared como si fuera un pentagrama, otra escultura es Marinés Agurto que trabaja una escultura de un ekeko en forma abstracta, es como si un campesino estuviera cargando un monton de deseos que quiere que se le cumplan,  y para cerrar la lista están Johanna Hamann, Manuel Larrea, Alfredo Ledesma y Álvaro Roca Rey. La curaduría fue realizada por Daniel Contreras.

Al observar tu escultura parece que estuviera dividido en tres tonalidades ¿lo hiciste de forma lúdica?

Así es,  es como un juego, esto resultó ser accidental porque todo iba ser roja,  pero no llegué a terminarla, entonces, la dejé hasta donde había terminado de pintar, esta es una pintura bien cara, especialmente para autos de carrera. Lo bueno de esta pintura es que así llueva o haga sol y pasen muchos años, la pintura se conserva, en cambio el acrílico a los tres meses se descascara.

¿Tu escultura está afuera porque es demasiado grande para que ingrese por la puerta?

Sí tiene que ver eso, pero también yo en el fondo estoy contento porque yo prefiero que la escultura se vea afuera, porque respira más, es mucho mejor la relación de la escultura con el espacio.

Antes eran contaditos lo escultores que trabajaban el acero, ahora te encuentras con varias generaciones que lo hacen ¿qué es lo que más te llama la atención de la gente nueva?

Tiene sus propias vivencias, tiene bastante riqueza, quieren aprender  y tiene el espíritu de hacerlo, sinceramente para hacer esta escultura de diez metros, no tenía ni la plata para hacerlo, he vendido varias cosas mías, entre pinturas y esculturas, pedí auspicios a fundición Callao y a Aceros Castillo,  para que me ayuden con algunos metales, y me apoyó también la empresa Soldexa, que me brindó varillas de electrodos para soldar, y les agradezco a ellos. Y también algunas amigas que me compraron pinturas y escultura, para poder financiar este proyecto.

¿Y cuál fue el apoyo de la fundación que organizó la muestra colectiva?

Ellos nos ponen un catalogo grande, que se ve en todo el mundo, y hace que la presencia peruana sea importante, ya que ellos vienen desde México para realizar esto.

¿Crees que fuera del Perú se interesan por el arte peruano?

Claro, porque también en otros países se presenta los números uno, en Chile se presenta Gazitúa, en Argentina  ‘Pájaro’ Gómez, en Inglaterra Michael Lyons, Anthony Caro.

¿Y en Perú Miguel Ángel Velit?

No tanto, pero aquí estoy (risas). Para presentar a esta muestra he realizado algo especial grande y poderoso, tenía que traer algo diferente.

Pero muchos artistas en sus muestras traen algo repetitivo, incluso obras que ya han sido expuesta antes.

Sí, pero yo hice algo especial, y comencé a dibujarlo en papel, fue trabajando el diseño en un café de Trujillo, pensaba mucho en cómo iba a ser la escultura, incluso me acordaba de mi maestra María Juana Heras Velasco, fue como entrar a mi pasado, presente y a mi futuro.

¿Por qué crees que a la gente le cuesta mucho entender las esculturas abstractas?

Sucede que a la escultura abstracta hay que saberla interpretar, también hago escultura pop como la última combi asesina,  pero eso lo entiende rápido porque esta todo mascadito, pero es gracioso.

¿Y hasta cuándo dura esta muestra en el MAC de Barranco?

Esta hasta el 12 de enero, abierta de martes a domingo de 9 am hasta las 7 de la noche.

¿Por qué el director del MAC también está exponiendo? ¿No hay roche con Roca Rey?

Sucede que lo habían convocado antes de que lo eligieran como director del MAC, también es un gran aporte y es el mayor de todos. Esta muestra marca un hito, porque el arte en metal fue marginado muchos años,  y los críticos no le daban tanta importancia antes.

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