Miguel Ángel Velit reaparece con una nueva muestra “Mapas Gigantes de Barranco” en el Centro Colich. Entre los colores, su trazo despierta la modernidad de un distrito tradicional, de forma lúdica Velit se enfrenta a la memoria pero coqueteando con el futuro arquitectónico. Pueden visitar la muestra hasta el 23 de febrero, en el centro Colich, Jirón Colina 110 -Barranco.
«Miguel Ángel Velit es, ante todo, un activista incansable de su propio trabajo: desde sus esculturas de gran formato y presencia física en el espacio urbano, hasta sus pinturas, la impresión que produce es la de nunca detenerse: la de ser coherente con un deseo de proponer un mundo propio, lleno de laberintos y de juegos, en una frase: ir al encuentro del niño que cada uno lleva dentro de sí mismo.
Así, hay en las pinturas de Velit, ciertamente, una ingenuidad a prueba de cualquier concepto y un afán por dar consistencia plástica a cartografías que él imagina. Mapas que se remiten a sus recorridos por el espacio urbano y le hablan de manera subjetiva: líneas, símbolos ocasionales, rejillas, goteo, empaste y manchas de color.
Velit no es un pensador que, mediante el análisis, produzca conocimiento tal y como estamos acostumbrados en áreas académicas en las que el espacio urbano y sus cartografías se han vuelto un insumo elemental para entender la ciudad. Velit solo la recorre, risueño, recogiendo elementos aislados que luego propone en sus esculturas y en sus lienzos. De esta manera las casonas de Barranco y los nuevos edificios de departamentos se fusionan en un soporte pictórico que señala hacia un gusto por la esquematización y el uso de recursos estrictamente pictóricos.
Esta muestra, Mapas gigantes de Barranco de cerca de quince pinturas, deja ver este lúdico conglomerado de motivos imaginarios y, con ello, nos aproxima a alternativas que acaso hay que intuir acerca de sueños y universos que difícilmente pueden observarse tal cual en nuestra vida diaria. Por el contrario, el espacio racional se choca con otras maneras de entender el espacio y con ello, podemos pasar un buen tiempo prendados de sus pinturas. Aceptemos el reto, vayamos al encuentro de estos lugares transformados de la ciudad.» Augusto del Valle.