Máximo Damián está por cumplir ochenta años, es un violinista extraordinario, fue amigo de José María Arguedas, su sensibilidad tocando el violín tiene un poder cósmico, es capaz de resucitar a nuestro amauta con cada melodía. Máximo y su esposa estuvieron participando del séptimo Festival de Poesía “Cielo abierto” en Barranca, ahí lo veíamos siempre junto a su esposa quien la acompañó con el canto. En un pequeño descanso, conversamos con él en Puerto Supe.
¿Cómo aprendió a tocar violín?
Mi papá era un maestro bueno, y desde chiquito me gustaba la música del violín, pero mi papá no quería, me decía que es un oficio de pura borrachera.
Entonces, su padre nunca quiso que aprenda a tocar
No quería, yo me escondía, el enseñaba a otros chicos y yo a escondidas miraba. Desde los ocho años ya agarraba violín, pero todavía no sacaba tono. Después ya comencé a tocar hasta que un día mi papá me vio y me dijo: ya qué voy hacer. Desde allí me orientaba.
Una cosa sorprende cuando toca, usted al violín le saca melodías tristes pero también muy alegres.
Depende de la mano, del arco, así el violín canta nomás, es cosa de saberlo manejar con las manos. Dicen que la familia de los violinistas muchos no aprenden rápido, pero yo aprendí rápido.
El violín es como su pasaporte, una llave que le abierto las puertas del mundo
Sí, mi primer viaje fue a Santiago de Chile, el segundo viaje fue a Caracas, luego a Colombia, después vinieron a contratarme para la celebración de un evento en Europa.
¿Y cómo lo conoció a José María Arguedas?
Yo estaba tocando en el coliseo huayno, pero ese día Arguedas no había venido, pero cuando terminé de tocar se me acercó un señor, y me dice Máximo Damián dame tu dirección y al día siguiente aparece José María Arguedas en mi casa, era un día lunes, y en quechua me dijo “dicen que tocas bonito, vamos tócame”. Y luego de tocar me dijo: desde hoy día seremos amigos, yo te quiero.
¿Qué es lo que recuerda más de Arguedas?
Recuerdos tengo bastante, todo lo que me ha enseñado, por el me ido de viaje mucho al extranjero.
¿El día que Arguedas se suicido dónde recibió la noticia?
Ese día iba a venir a mi casa. Pero Arguedas se despidió en la fiesta de mi pueblo allí bailó hasta decir basta, ese fue su último baile, y luego se mató el 2 de diciembre de 1969. Cuando se suicidó era un día jueves, iba venir a mi casa, yo mandé hacer comida de la sierra, también queso con papá, lo esperamos y no vino, pero vino en mi sueño, en mi sueño se despidió. Luego amaneció, mi tía me mandó a comprar pan y en el diario leo que José María Arguedas se ha suicidado, y fue por eso que no vino a mi casa.
Mucha gente cree que hablar quechua significa atraso ¿usted qué le diría a esa gente?
Al contrario el quechua esta más adelante, el quechua es más respetado fuera de Perú, por ejemplo que estado en Rusia y nos recibieron todos los periodistas, incluso un gringo alto nos saludo en quechua.
Lo veo muy enamorado con su esposa
Ella también conoció a Arguedas, te cuento que cuando yo estaba chiquillo yo quería estar con ella, yo le conté a Arguedas, le dije que con esa chica me quería casar, ella era mi vecina, y lo que hizo Arguedas fue a decirle: niñacha mi amigo Máximo Damián se quiere casar contigo, y la chica allí mismo se fue avisarle a su papá y mamá, y cuando me vieron sus padres dijeron: con ese viejo te quieres casar, y ella les dijo que ese señor gringo le había dicho, y sus padres dijeron: por gusto está hablando, no le hagas caso, por cochiniarte está hablando. Y bueno me casé con ella y por eso siempre canta conmigo.
¿Qué le diría Arguedas si lo volviera a ver?
Le diría que ya aprendí a tocar mucho más, y él se pondría muy contento, me estaría alabando