Opinión

¡Más podridos que nunca!

Lee la columna de Tino Santander Joo

Published

on

Por Tino Santander Joo

El sábado de gloria y el domingo de pascua no han sido días de meditación, ni descanso solaz en las playas limeñas, tampoco, se han disfrutado en paz las tradiciones religiosas en todas las regiones.  En la madrugada del sábado la fiscalía y la policía política de la DIVIAC, allanaban el domicilio de Dina Boluarte; rompieron la puerta como si se tratase del refugio de un vulgar delincuente.

A las seis de la mañana recibí innumerables llamadas de diversos colectivos, dirigentes, y de varios medios de comunicación regionales que me pedían un comentario sobre los hechos. La indignación era abrumadora. La inmensa mayoría de peruanos esta convencida que el patrimonio de joyas, relojes de lujo, y cuentas millonarias son producto de la corrupción. En las voces de los dirigentes sociales sólo hay odio y repudio a todos.

La pregunta es: ¿La furia e indignación popular puede promover una nueva insurrección democrática? No. La inmensa mayoría odia a la clase política podrida, pero, todavía no tiene el nivel de conciencia política, ni el programa para una insurrección democrática. Los dirigentes sociales no confían en nadie, además están aislados, divididos, y son incapaces de armonizar intereses. El sector popular son un conjunto de tribus a la deriva que solo tienen en común la ética de la pendejada y la informalidad.

El espíritu fujimorista de la corrupción, simbolizada por la “yuca del chino” se ha apoderado de la conciencia ciudadana. La inmensa mayoría no quiere desorden, ni sobresaltos en su vida cotidiana. El crimen organizado anhela, el orden fujimorista, para que silenciosamente el narcotráfico, el lavado de activos, el contrabando, y todas las actividades ilícitas se desarrollan bajo la protección del Estado. ¡Fujimori, sabe cómo hacerlo!

Dina Boluarte, podrá quedarse con sus relojes, joyas y cuentas sospechosas. Nada le va a pasar en el parlamento, ni en la fiscalía. Todos los podridos la van a sostener y defender en nombre de la gobernabilidad, la democracia, y las inversiones. Los ministros, los congresistas de “oposición” son personajes sin honor, simples ganapanes que defenderán el robo, el crimen organizado, el asesinato de indefensos ciudadanos en nombre de los “valores democráticos”

Los podridos del gobierno y del congreso no tienen legitimidad para gobernar. Nadie los toma en serio. Sin embargo, la crisis política no se va a agravar, porque, seguramente esta semana saldrá otro escándalo de corrupción que opacará   el de Boluarte. El fujimorismo y sus aliados todavía no se ponen de acuerdo para el recambio del 2026.   

López Aliaga, Acuña, el cerronismo, los caviares, y los medios de comunicación tradicional son peones del excandidato al senado japones que los desprecia, sin embargo, los utiliza como eventuales adversarios políticos e ideológicos, pero, él sabe que son débiles, venales, y que siempre estarán al servicio del poder por migajas y pequeñas granjerías.

Fujimori, viejo jugador de ajedrez, incita a la oposición a reclamar orden y seguridad. El “antifujimorismo” cae en su juego sin darse cuenta de que su consigna beneficia al fujimorismo que “simboliza” el orden y seguridad. Si queremos derrotar al fujimorismo y sus aliados de izquierda y de derecha, tenemos que fomentar la unidad de los sectores populares; proponer un programa que afirme las libertades económicas, sociales, y políticas. Una verdadera transformación. Una revolución social. No hay medias tintas.

Comentarios
Click to comment

Trending

Exit mobile version