Ayer la jueza del Primer Juzgado de Investigación Preparatoria Nacional Permanente del Sistema Especializado, María de los Ángeles Álvarez declaró infundado el pedido de 18 meses de prisión preventiva contra Martín Vizcarra que pidió el fiscal Germán Suarez Atoche, y solo le dictó comparecencia con algunas restricciones.
A pesar de los presupuestos argumentados por Juárez Atoche y de los múltiples elementos de convicción contra Martín Vizcarra, la magistrada los obvió del todo, y absolvió al investigado moqueguano.
Es insólito ver, cómo luego de la argumentación fiscal, donde claramente se tiene conocimiento de que Vizcarra coordinaba y coaccionaba a su equipo de trabajo más cercano en Palacio de Gobierno, para que mientan y desvíen hechos ilícitos con el único fin de obstaculizar las investigaciones fiscales, esta jueza deseche esos hechos graves, y decida dejar libre al exmandatario, para que continúe con su postulación al Congreso y siga obstaculizando las investigaciones, para finalmente, salir librado de todos sus delitos.
Para la magistrada Álvarez, no existe peligro procesal en la conducta que ejerce Martín Vizcarra.
Finalmente, han dado sus frutos los acomodos, y nombramientos que el lagarto manejó a la medida de sus objetivos. Es decir, la Reforma de Justicia que él tanto proclamó, solamente fue impulsada para preparar el terreno de su blindaje.
Ahí tenemos a sus alfiles en el Sistema de Nacional de Justicia: La Presidenta del Poder Judicial Elvia Barrios, la Fiscal de la Nación Zoraida Ávalos y la cuestionada e inoperativa Junta Nacional de Justicia (JNJ), que Vizcarra creó para seguir manejando a su antojo a los jueces de la administración de justicia.
Él, ahora tendrá que seguir su investigación bajo comparecencia con restricciones. Sin embargo, si llegara a fugar, así como lo hizo César Hinostroza Pariachi, ¿Quién se hará responsable? ¿Acaso la jueza María Álvarez?