Salido de las canteras del taller de Marcelo Di Marco, Mario Zegarra irrumpió en el panorama literario con “Tan ignorado como aquí”, su primera novela policial que podría traducirse como delirantemente violenta y, por eso mismo, estupenda. En esta, su segunda entrega, asistimos a un endemoniado spin-off donde la voz del crimen se enmaraña con la culpa y la desolación. ¿Qué más puede querer un lector?
En un panorama tan marcado por la literatura intimista, autoficcional ¿cómo lanzarte a la palestra con un thriller policial?
En un panorama literario tan diverso y en constante evolución, el thriller policial destaca como un género apasionante para explorar. Aunque la literatura intimista y autoficcional prevalezca por el momento o por moda, el suspenso, la intriga y la acción del thriller ofrecen una experiencia emocionante y adictiva. Y capta la atención de los lectores ávidos de nuevas emociones, de nuevos giros inesperados, de experiencias extremas. La clave es encontrar tu voz única y enriquecer el género con elementos propios, brindando una perspectiva fresca y original al thriller policial. Y creo que eso lo logro desde mi primera novela “Tan ignorado como aquí”.
Tu carrera, se podría decir, corre por un camino paralelo a la literatura «convencional», tienes una presencia interesante en Argentina.
Es cierto. Puede decirse convencional, incluso única. Pero, me parece, un poco alejada de las corrientes predominantes de lo que se escribe ahora en el Perú. Y eso que tenemos muchísimos autores que escriben en todos los géneros, y muy buenos. Pero sí, fuera del canon y de lo comercial. Aún así, y por comentarios de varios entendidos, gusta. He tenido la suerte de publicar mis dos primeras novelas en Argentina, y contar con unos algunos entusiastas y muy críticos lectores.
El sueño de todo escritor: que su obra se conozca fuera de su tierra ¿qué tan difícil fue?
Publicar en Argentina se dio naturalmente. Allá reside mi mejor amigo y maestro, Marcelo di Marco. Antes vivía en Buenos Aires, ahora en Mar de Plata. Y formando parte de la escudería de escritores que el ha formado, se presentó la posibilidad de mostrar mis manuscritos a un editor, a quien le encantaron, y decidió apostar por mi propuesta. En Perú sí intente publicar antes, pero no se dieron las condiciones apropiadas para publicarla. En castizo: como le pasa a todo escritor, llegaban las respuestas negativas de las editoriales con los clásicos mensajes de parabienes y de que por el momento no publican ese tipo de historias.
Las dos novelas que has publicado son bastante visuales ¿qué tanto del cine hay en tu escritura?
Hay un montón, tanto de literatura, cine, música y muchas referencias a la cultura popular. En particular de cine, puede anotar a Quentin Tarantino, Álex de la Iglesia, John Ford, Clint Eastwood, las películas gore, slashers, serie B, entre otros. Mi literatura es un mucho de eso, mucho de estética camp, oscura, fantástica, realista y erótica.
«La coca es el oro blanco del Perú», dice Alejandro Benavides de la Quintana en una de las partes más intensas de tu última novela «Un maníaco homicida a la vez» ¿Crees que el Perú es una fuente de historias que los autores actuales no toman como veta ficcional?
La diversidad cultural, la historia compleja y los contrastes sociales del país ofrecen un terreno fértil para la creación literaria. Sin embargo, cada autor posee sus propias preferencias y enfoques al elegir temas para sus obras, incluso podemos hablar de limitaciones o, mejor dicho, no caerle mal a nadie. Prefieren la corrección política que darle rienda suelta a su imaginación. Eso no quita, que con limitaciones y todo, muchos escritores contemporáneos exploten el alto potencial peruano, lo exploran y narran sus historias desde su muy particular, acartonado y correctísimo punto de vista. Y sí, el Perú es una fuente inacabable de historias, sólo hay que abrir los ojos, afilar bien los oídos y sentarse a escribir.
¿Cuánto de Atuq Musetta hay en Mario Zegarra?
Creo que todo personaje lleva un rasgo o algo de su creador. En el caso particular de Atuq Musetta, podemos señalar el empuje, la disciplina y determinación para lograr sus objetivos sin importar cuán desafiante sea la situación. Atuq Musetta busca vengarse de todos los desalmados que la torturaron y se aprovecharon de ella. En cambio, Mario Zegarra sólo busca contar una buena historia.
¿Qué lecturas le recomendarías a quienes quieren iniciarse en la escritura de novela negra?
Que lean todo lo que les caiga encima, desde poesía hasta novelas, tanto buenas o malas. En cuanto a autores: a Patricia Highsmith, Jorge Luis Borges, Elliot Chaze, todo el policial negro americano, aprenderán más de literatura y a escribir que leyendo autores considerados muy literarios. Y siempre recomiendo leer el monumento que es El Quijote.