Lima Gris visitó la muestra colectiva «Maravillarte» que se viene exponiendo en la sala Kuélap del Ministerio de Cultura. Aquí lo que fue nuestra visita.
El hecho de exponer, es de por sí complicado y más si no se vive en Lima o cuenta con recursos. Además, como subraya Sandra Mavila Falcón, hay que tener un récord de estudios en academias, institutos o universidades de prestigio. Y ¿qué hay de los artistas de provincias o autodidactas? Se pregunta y responde: quedan viviendo en una eterna marginalidad.
Mavila, estudió gestión de exposiciones de arte contemporáneo en el MALI y actualmente es directora de la AFAP (Asociación de Fomento y Apoyo al Arte Peruano), una agrupación civil sin fines de lucro que reúne a profesionales cuyo fin es fomentar la cultura en todas sus áreas y difundirla.
Con ese propósito, decidieron organizar el año pasado, un concurso que abarcara las áreas de escultura, pintura, grabado y pintura. El resultado fue más que auspicioso y decididos a mostrar esas creaciones dado que muchas se salen de los límites de lo artístico y la belleza, proyectaron una exposición de gran alcance que engloba casi todas las regiones del país, intentando unir nuestros pueblos dispersos en un solo pueblo, llamado Perú.
Esta muestra titulada “Maravillarte” se presenta en dos grandes espacios ubicados en el MINCUL de San Borja, dentro de las salas Kuélap ( primero y segundo piso) en el horario de martes a domingo desde las 10 de la mañana a 4 de la tarde y cuenta con la Curaduría de Ana Masías de Tola. Se la ha programado hasta el 30 de enero pero podría extenderse esa fecha por la envergadura de la muestra, una de las pocas que concentra a tantos y variados estilos y a una diversidad de disciplinas artísticas.
La exposición ha recibido el apoyo de los ministerios de Cultura y Relaciones Exteriores, como del Proyecto Especial Bicentenario de la Independencia del Perú y de la Municipalidad de San Borja.
Notamos en esta gran muestra, una gran tendencia por recoger y reconocer nuestros símbolos patrios, especialmente los de la Bandera. ¿Será una respuesta o el anhelo supremo de identificarse con la patria?
Variedad creativa
Conmemorando la historia del arte peruano, se han instalado dos grandes salas. La de los MAESTROS : José Sabogal, Venancio Shinky, Gerardo Chávez, José Tola, Ramiro Llona, Fernando Szyszlo y más atrás la de los artistas contemporáneos. Solo daremos algunos nombres pues no se puede establecer una categorización de mejor a menor. Todos en su estilo original y único, son sorprendentes.
Sin distinciones, nombro a Verónica Penagos, aquella artista de las representaciones de reuniones salseras y que ahora nos trae su Danza infinita, un acrílico lleno de movimiento y elasticidad; Veruca Evanan Vivanco con su acrílico Las Varayuq, las hermosas tablas de Sarhua que retratan los quehaceres de su pueblo y que fueron estigmatizadas por un prejuicio discriminatorio,a Jorge Manuel Caparó y su Guía. La artista Mavila se hace presente con un óleo sobre lienzo y también con el Tocado Moche, una alegoría del dios Aiapaec.
Mel Maritha Quispe Alpaca, destaca con su bellísima cartulina en carboncillo titulada , Flores de no me olviden, que fácilmente se puede confundir con una foto de gran singularidad. Otro cuadro que subrayamos es el de Manuel Eduardo Vásquez y su Custer Perú, un óleo sobre lienzo que recoge a las figuras históricas de la independencia y de la Guerra del 79.
Siguiendo el colorido recorrido, llegamos a la Muerte de Túpac Amaru, donde la artista Ingrid Yeraldin Arias Garay, ha plasmado una alegoría de los pueblos indígenas que son avasallados con el visto bueno de las autoridades. Un óleo-bodegón muy interesante es también Ritmo y Costumbres Peruanas de Leyla García Odar.
Entre los grabados tenemos Paisaje Accidentado de Irinea Huari, Mi madre en el Perú profundo (grabado en cartulina) de Bonifacio Huamán Fernández, Huaylillas (estilógrafo y tinta sobre cartulina) de Edgard Abraham Huamán
Fotografías: Dansaqcha de Joseph Ladrón de Guevara, Tarde de Domingo, de María Consuelo Vargas, Zara de Pamela Romero Sivirichi, Amor Peruano de Ana María Mío Zaldívar. Hacemos un alto para destacar una fotografía que creemos debió obtener una mejor premiación: Viva la Patria de Frederick Alberto Olivera Gonzáles. Retrata a un grupo de escolares rurales que corren a campo abierto llevando globos con los colores patrios, acompañados por su maestra que tiene la Bandera. Por la escena en movimiento y el tema, es sencillamente impactante.
Finalmente llegamos a la escultura y nos topamos con Madre Afroperuana de Víctor Guadalupe Tineo, Guerreros antropomórficos, de Hernán Colán Urdinola que nos regresa al mundo moche, otra escultura, es la denominada Antiguo Peruano tocando quena de Manuel Terrones.
Esto, solo como una referencia porque los visitantes podrán descubrir otras expresiones y descifrarlas de acuerdo a su sentir.