Manuel Huarcaya Herrera, es natural de La Merced, región Junín, sus padres son de Huancavelica, su padre era un humilde constructor y su madre era ama de casa quien luego se dedicó al comercio por el trabajo itinerante del padre. Su vida quedó marcada a los 4 años ante el fallecimiento de su padre, dejando un vacío irreparable para él y sus cinco hermanos. La matriarca asume el liderazgo y saca adelante a sus hijos, con una tristeza más de perder a su último hijo de 3 meses.
A la corta edad de 9 años empieza a independizarse y a los 11 años enrumba viaje a Lima para estudiar y trabajar a la vez, termina la secundaria y opta por la carrera técnica de “Controlista Industrial”, en todo ese tiempo un amigo le invita a trabajar en una fábrica panificadora como personal de limpieza de las áreas, donde se desempeña eficazmente y le da tiempo para ir a observar los procesos laborales que hacían los operarios, lo que despierta su inquietud y vocación. Los dueños de esta empresa eran de ascendencia japonesa y vieron en él un potencial innato, haciendo que lo prueben en diferentes áreas y demuestra un trabajo prolijo que hace que sea ascendido y lo más importante se gana la confianza de los dueños.
A los 19 años es designado jefe de mantenimiento por su buen hábito a la disciplina, buena actitud laboral y la gran capacidad de aprender de manera rápida. Manuel Huarcaya dice: “Siempre tuve la costumbre de asumir la responsabilidad como si el negocio fuese mío, ahí marcaba una diferencia; fortalecí mis valores aprendidos en mi casa y mi tesón por el trabajo que vi en mi madre y por supuesto en mi padre, porque los dueños de la empresa que eran japoneses eran muy organizados y valoraban mucho la puntualidad y el trabajo organizado. Todo esto me valió para que yo participe en las reuniones de directorio y hacía valer mi desempeño con informes y soluciones inmediatas a los problemas que se originaban en la empresa. Recuerdo que estábamos en pleno shock económico del primer gobierno de Fujimori, teníamos 150 personas en planta y producíamos ochenta mil panetones por campaña, 5 años después con 50 personas empezamos a producir más de un millón y medio de panetones, habíamos empezado a mecanizar la planta. Todo esto me abrió el mercado y un fabricante de hornos me invitó hacer una pasantía en Rosario, Argentina y su empresa daba servicio de mantenimiento a casi todas las panaderías y restaurantes de Lima y luego me designó como su representante; esto hizo que tenga doble trabajo y terminaba muchas veces hasta la madrugada; en estas circunstancias, tomé una decisión y formé con mis hermanos Alberto y Carlos MAN PAN SERVICE, empresa que este año cumple 31 años de arduo trabajo. Luego, formamos INGEQUIP y se crea el Grupo MAN PAN porque MAN PAN SERVICE hace servicios y proyectos e INGEQUIP hace las representaciones de marcas europeas, tenemos un área laboral de 1,500 m2, sin darnos cuenta empezamos a crecer; al inicio empecé solo, ahora contamos con 117 colaboradores, tenemos una cobertura del 60% en el país y 80% en Lima, y lo más importante hacemos obras sociales para personas que no tienen las mismas oportunidades y para emprendedores que desean innovar y aplicar tecnología a sus negocios mediante el proyecto Empresarios en Acción, ya vamos por una VI edición porque tenemos una participación de más de 220 empresarios, que logran realizar un networking con las principales marcas del mercado como Bakels, Lesaffre, Puratos, M&O, Matritech entre otras empresas de primer nivel. Ya hemos estado en ciudades como Huánuco, Arequipa, Ayacucho, Trujillo y Lima, muy pronto estaremos por Iquitos. Para este año tenemos objetivos claros de expandirnos a mercados como Bolivia y Ecuador, a propósito, en Bolivia ya estamos haciendo proyectos. Es importante mencionar que todo este esfuerzo laboral, lo hacemos con la familia que hemos direccionado con una visión empresarial, hemos roto esa brecha de la pobreza a ser emprendedores, razón por la que mi hijo y sobrino van a ser la segunda generación que continuará el legado”.