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MAD MISÓGINO

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Los delirios de Marco Aurelio Denegri (MAD), en su último artículo “Escasez de boxeadoras”, se convierten esta vez en misoginia solapada, en aristocracia decimonónica e intelecto al servicio del sistema falogocentrista. Decir que hay escasez de boxeadoras (cuestión que tiene que ver con un cuestionamiento físico) para después concluir que “hay escasez de mujeres que poetizan” (cuestionamiento intelectivo) no tiene ninguna reflexión valedera o algún hilo activo de coherencia, salvo que todo sea un exabrupto o una expresión de iracundia o desfogue de algún inconsciente reprimido al borde de la locura o la histeria.

Y es que para MAD hacer puño solo es un mecanismo masculino, del macho que golpea para abrirse paso en la selva de cemento, mientras que la mujer se tiene que conformar con los arañazos, jalar de los pelos, dar cachetadas, etc., porque, si no, se “desfeminiza”, se afea o se “ahombra” y porque, además, la mujer se tiene que quedar dentro de la cueva cuidando a los hijos, cocinando, planchando, barriendo y sirviendo la comida; porque la metáfora de los puños es también una forma de decir que el hombre es, como en las épocas antediluvianas, el cazador, el que domestica a las bestias y vence a los enemigos, mientras que a la mujer solo le queda ser parte del clan y caer rendida ante el macho alfa.

Pero el asunto empeora: MAD redondea su artículo con una aparente “escasez de poetisas”, o sea, escasez de artistas y escasez de intelectuales mujeres. Y, para pasar de contrabando un pensamiento que se cae a pedazos por lo misógino, atrabiliario y anacrónico, se basa en las expresiones de una mujer que considera que la dación** y la extraversión*** son expresión natural de la mujer, la misma que “da hijos y los cría y se ocupa del hogar y atiende al marido”, negándose a sí misma la posibilidad de ver hacia adentro y reflexionar sobre el mundo o acerca de su propia persona, razón aparente por lo cual, dice Denegri, habría pocas poetas mujeres.

El “análisis” culmina con un pincelazo propio de un terrateniente del siglo XVIII: “(Que la escasez de mujeres que poetizan) no me parece admisible atribuirla al sistema patriarcal y al machismo”. En otras palabras, para MAD, la opresión, sometimiento y explotación histórica del hombre sobre la mujer no tiene cabida ni explica que la población de poetas mujeres sea tan escuálida; es decir, la reivindicación del voto femenino, el casi nulo acceso a la educación universitaria para mujeres a mediados del siglo XX, la lucha por la igualdad de los sexos en los años sesenta, la marginación religiosa, la lucha por la aceptación del aborto legal, etc., no explican, ni remotamente justifican, el escaso número de poetas mujeres. Pero ¿no fue acaso a escondidas del hombre como sor Juana Inés de la Cruz, una gran poeta, escribió sus textos que pasaron a la historia, tal como esa “Respuesta a sor Filotea de la Cruz”, donde está la esencia y sutra de la mujer intelectual tratándose de hacer un lugar en el reinado de los machos “pensantes” (como el obispo de Puebla, Manuel Fernández de Santa Cruz, que se hizo pasar por sor Filotea para combatir el pensamiento protofeminista de sor Juana)?

No obstante, es claro que el señor Denegri se ha equivocado (como en el caso del dato que consigna en la antología de Ricardo González Vigil: no son 28, sino 32 mujeres poetas seleccionadas: 11 del tomo I y 21 del tomo II) o no se ha dado cuenta (eso queremos pensar) de que, como articulista, es un perfecto desastre. Una cosa es el sistema biofísico, la fisiología, la histología, etc. (¡la mujer que boxea?) y otra cosa, muy diferente, el aspecto intelectivo, la racionalidad, la neurología, la psicología, la psiquiatría (¡la mujer que poetiza?). Y, por cierto, la acción que comprende al puño no es exclusividad del hombre-mujer, ya que los simios también la expresan, como en el caso de los gorilas de montaña (Gorilla beringei beringei), los chimpancés, los bonobos o los orangutanes, que se golpean el pecho para atemorizar a la manada, y justamente ello no (los-nos) ubica en una situación de superioridad en estos tiempos de posposmodernidad, donde la raison d’être, la capacidad de reflexión o el simple acto de la poesía se han encargado de acortar las multidiferencias genotípicas y fenotípicas y de preparar el camino a la igualdad.
* http://elcomercio.pe/opinion/columnistas/escasez-boxeadoras-marco-aurelio-denegri-noticia-1719396

** El término “dación” usado por la poeta Gabriela Briseño y citado por MAD, se explica mejor en la máxima latina datio o datio in solutum, dar en parte de pago algo por una deuda pendiente.

***La extraversión es un término opuesto a la introversión y fue consignado por Carlo Jung en su obra Los Tipos Psicológicos. Un extravertido centra su atención en el mundo externo, son sociables y están al tanto de su entorno.

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