Dio el golpe. Este último miércoles el congresista Luis Cordero Jon Tay presentó su renuncia irrevocable a la bancada Unidad y Diálogo Parlamentario, decisión con la cual esta agrupación se quedaría con solo cuatro integrantes, lo que impediría que siga siendo formalmente una bancada dentro del Poder Legislativo.
La carta de renuncia presentada ante la Oficialía Mayor del Congreso señala que se trata de una renuncia “voluntaria e irrevocable por motivos de conciencia”.
De esta manera, los cuatro legisladores que todavía forman parte de Unidad y Diálogo Parlamentario son Esdras Medina, Katy Ugarte, Héctor Acuña y Juan Burgos.
Sin Cordero Jon Tay, no conformarían una bancada debido a que requieren al menos cinco integrantes como requisito indispensable.
Unidad y Diálogo se opone a renuncia de Jon Tay
Por su parte, la bancada Unidad y Diálogo presentó un oficio donde consideró “nulo e ineficaz” el trámite de la renuncia de Luis Cordero realizado por el oficial mayor del Congreso, Giovanni Forno, por supuestamente “exceder” sus funciones.
Su vocero, Juan Burgos, cuestionó en el documento que Forno Florez haya procedido con “inusual y sorprendente celeridad”, sin tomar en cuenta que Cordero Jon Tay está sujeto al reglamento interno de dicho grupo parlamentario.
Según Burgos, la acción del oficial mayor del Congreso evidencia “un manejo politizado del procedimiento parlamentario”.
La banda luego emitió un nuevo oficio donde anunció que su grupo parlamentario ha iniciado un procedimiento disciplinario contra Luis Cordero, por lo cual se han solicitado sus descargos correspondientes.
Jon Tay terminó siendo blindado por el Congreso
Como se recuerda, el programa Panorama expuso a fines del año 2021 una acusación de su ex pareja que lo denunció por agresiones y por difundir en internet un video íntimo sin su consentimiento en el año 2014. La agredida mencionó que fue desatendida por los servicios del Estado en casos de violencia de género, y amenazada para negar su testimonio.
“Tal es el punto del miedo que les tengo que yo me fui de la ciudad de Lima a vivir a provincias. Uno, por las constantes amenazas que recibía de ellos, de la familia del señor Luis Gustavo [y] su hermana”, dijo entonces.
“Cuando empezamos a convivir, los maltratos físicos eran peor. Me encerraba en la casa y me molía a patadas, a puñetes, muchas veces tenía que justificarme que me accidenté, que me caí, la típica”, aseguró.
Pese a la denuncia periodística, el Pleno del Congreso rechazó aprobar el informe final de la Comisión de Ética que recomendaba suspenderlo y dejarlo sin haberes por 60 días.