La Tumba de las luciérnagas (LTDLL) es un clásico de la animación japonesa producida por Studio Ghibli y dirigida por Isao Takahata a fines de los ochenta y que luego de 36 años ha sido reestrenada en los cines limensis. Hecho que destaca su permanencia en el tiempo porque de lo que se habla aquí no es solo una historia real, sino los daños colaterales de las guerras y el sufrimiento de los “civiles” en la lucha por sobrevivir y alcanzar la normalidad.
LTDLL nos cuenta la historia de Seita y de su hermanita Setsuko que al empezar el conflicto Japón/USA/2GM, ven morir a su madre y tienen que trasladarse donde una tía quien poco a poco les irá negando los alimentos a pesar de que los hermanos entregaron todo lo que tenían y compraron más despensas. Entonces deciden refugiarse en un búnker antiaéreo y sobrevivir como puedan, mientras observan cómo los aviones lanzan antorchas-luciérnagas e incendian su ciudad.
No hay salida, no hay futuro, solo sufrimiento: el de la guerra y el de los que no pueden sobrevivir. Setsuko se enferma de desnutrición y su hermano hace todo lo posible por conseguir alimentos, frutos, verduras, incluso los roba y es apresado y golpeado duramente. Seita al ver que su hermanita agoniza la lleva donde un médico quien la revisa y sin ningún tipo de empatía le dice que solo necesita comer.
Las luciérnagas son las pequeñas lámparas que alumbran sus noches. Y una caja de caramelos, sus únicos alimentos. Setsuko muere en los brazos de Seita. Japón se rinde y muchos que perdieron a sus familiares son condenados a vagar y morir en la indigencia. Setsuko fallece abrazando la cajita de caramelos y unos barrenderos la lanzan a la basura y al caer se libera el espíritu de Setsuko quien repasa los últimos días con Seita. Y esa metáfora cruda/salvaje/brutal es justamente la película.
Cabe anotar que LTDLL es una historia real, escrita por Akiyuki Nosaka. Es una forma de haberle pedido perdón a su hermana por haberla dejado morir ante la escasez de alimentos. Y es considerada una de las películas entibelicistas más importantes junto a La lista de Schindler y El pianista.
Finalmente, es difícil ver esta película desde la comodidad-confort de los que viven de espaldas a lo que sucede en nuestro mundo y ahí es donde la película nos agujerea el alma.
(Columna publicada en Diario UNO)