El bolero cantinero en el Perú marcó la devoción por la música y el desahogo entre amigos a través de las juntas para ‘calmar la sed’.
Desde los años 50 los boleristas le cantaban al amor y al desamor, describiendo el dolor que originaba una ruptura amorosa. Pero luego culminaba el desaliento para creer nuevamente en el amor y se daba paso al inicio de un nuevo romance.
Quizá en esta época y aunque suene insólito, algunos jóvenes consigan cortejar a una chica con el ritmo de un reggaetón, pero cuando recordamos la historia que nos contaron nuestros abuelos, padres y tíos, comprobamos que algunos de ellos se enamoraron al son de un bolero.
Cómo no recordar al más grande bolerista que dio nuestra tierra. Lucho Barrios Rojas nació en el Callao un día como hoy, 22 de abril de 1935. El querido «Mr. Marabú», este año habría cumplido 89 años.
Tras residir en la zona de Barrios Altos y descubrir géneros como el vals, tango, marinera y boleros, a los 17 años ingresó a la Escuela Nacional de Ópera de Lima, porque quiso ser cantante lirico; sin embargo, desde que Edith Barr lo llevó a Radio Callao, a los 22 años empezó su camino a la cumbre y tras grabar discos con el sello Smith, el ‘Ruiseñor de América’ Julio Jaramillo lo invitó a cantar en Guayaquil, especializándose en boleros y vals peruano, hasta llegar a grabar solo en el país norteño 60 discos sencillos. Desde ese momento la carrera de Lucho Barrios no tuvo otro destino que el ascenso, grabando discos para Capitol en México y convertirse en ídolo en Chile.
En Perú, Lucho Barrios se entregaba al publico y participaba en el “Festival del Bolero” de Santiago Salcedo en diferentes cinemas de barrio y en locales como El Eslabón, La Palizada y El Sachún, deleitando con «Marabú», «Me engañas mujer», «No me amenaces» y Mi Niña Bonita”.
Lamentablemente, el 5 de mayo de 2010, debido a una complicación pulmonar Lucho Barrios falleció en el Hospital Dos de Mayo, a los 75 años.
El bolero nunca morirá, porque siempre habrá quien recuerde la declaración de amor que le hizo a su amada, con la complicidad de un bolero del gran Lucho Barrios.
(Columna publicada en Diario UNO)