Opinión

Los últimos poemas de Lúcia Mendo Ferreira

Lee la columna de Rodolfo Ybarra

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Lúcia Mendo nació en Río de Janeiro y vivió toda su vida en Lima-Perú. La conocí cuando tenía 16 años en una academia llamada “Cibernética” y se preparaba para postular a Artes en la Católica. Siempre llevaba bajo el brazo o en su morralito de cuero el libro Rayuela de Cortázar y textos sueltos de Borges, y escribía poemas y cartas de amor, así como pequeños ensayos o pensamientos que solía compartir con sus amigos más cercanos.

A inicios de los noventa, formaría parte del grupo “Aedosmil” que se desarrollaba dentro de la ANEA y en ese ambiente de euforias, debates y bohemia, escribiría su primer libro “Florecida” publicado en 1998 bajo el sello de José Díaz Sánchez: “Regnum Kalami”. Ese mismo año colaboraría como presentadora en el programa “D-generación” de canal 27 UHF, del cual llegué a ser su director en tiempos donde los jóvenes luchaban por el retorno de la democracia y la cultura era la última rueda del coche.

De ahí la poeta se sumergiría en una búsqueda incesante por el sino de la vida que la llevaría a situaciones místicas y religiosas; su humanidad y su fe inquebrantable la harían parte de algunas iglesias en las que colaboró e hizo ayuda humanitaria e incluso llegó a ser pastora de un grupo eclesiástico ligado a los grupos rockeros y sectores marginales.

En estos últimos años, poco antes de la pandemia, a la par que se dedicaba a la docencia y la enseñanza en escuelas, volvió a la poesía con mucha fuerza participando en actividades tanto virtualmente como en persona al lado de otras poetas noventeras valiosas como Isabel Matta Bazán y Rocío Hervias que la incluyó en su antología editada en España: “Las trece de la isla del Gallo”.  Asimismo, se reencontró con otros escritores de su generación y generaciones anteriores para apoyar lanzamientos de libros o recitales masivos.

Este escriba se reunió varias veces con la poeta para hablar de los viejos tiempos y hacer las paces. El destino nos había separado y puesto a veces en situaciones antagónicas. Y poco antes de su fallecimiento en 2021, Lúcia Mendo, la poeta, artista y maestra, me alcanzó un libro íntegro para que lo revisara y le diera mi opinión. Fue en ese trance que la poeta partió a la eternidad dejándonos sus últimos poemas que espero poder editar pronto.

(Columna publicada en Diario UNO)

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