Columnistas
Los otros héroes del Perú
Por: Raúl Villavicencio H.
En la escuela nos enseñan que Miguel Grau, Francisco Bolognesi o José Abelardo Quiñones (todos ellos militares) son los héroes del Perú, ya sea por su arrojo, valentía, sacrificio o patriotismo a la hora de entregar su vida por lo que hoy llamamos país.
Sin embargo, existen otros héroes que no llevan condecoraciones, ni espada ni un rifle, por el contrario, han hecho tanto o más por el país, pero desde la vertiente académica o desde su completo altruismo, o algo mucho más sencillo (pero que a muchos les cuesta toda una vida entenderlo), es no dejarse arrastrar por la corrupción.
El estudiante de medicina Daniel Alcides Carrión ofreció su vida al inocularse un suero extraído de verrugas de un paciente, consiguiendo con ello poder disipar las dudas científicas de lo que posteriormente sería conocida como la verruga peruana, producida por la bacteria Bartonella bacilliformis. Falleció a la corta edad de 28 años.
El ítalo-peruano Antonio Raimondi fue un gran amante de la flora y fauna peruana, el cual se ve reflejada en su magnífica obra ‘El Perú’, editada en seis tomos, invitándonos con ojos enamorados a conocer por cuenta propia las riquezas de nuestro país. Como reza un dicho popular, Raimondi era “más peruano que la papa”.
Habría que sacarse el sombrero cada vez que se menciona el nombre de María Reiche, germano-peruana que se pasó gran parte de su vida desenterrando los enigmas de las líneas de Nazca, llevando consigo todos los días hasta su vejez y muerte una escoba y un balde. Los lugareños la llamaban ‘la loca de la escoba’.
Si tenemos que hablar de historia del Perú es imposible dejar de mencionar a Jorge Basadre, considerado como el historiador y educador más importante del Perú Republicano. Se encargó de reorganizar y reconstruir la Biblioteca Nacional tras el incendio de 1943.
Así como ellos existen los guardianes de la selva, los que valoran más el agua que al mineral que se encuentra debajo de ella, al bombero que se adentra en la boca del infierno, al médico de un centro rural que no desmaya para atender con lo que tenga, al peruano embrujado por el mar que lucha, sea luna o sol, por evitar su contaminación. Son muchos, pero ahí están.
Columna publicada en el Diario Uno.