Opinión

Los olvidados de Dina Boluarte

Lee la columna de Edwin Cavello

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El pasado lunes, el desatinado comentario del director de Soberanía Territorial de la Cancillería colombiana, Diego Felipe Cadena Montenegro, encendió la alarma en la Cancillería peruana, tras señalar al propio alcalde de la isla Santa Rosa (Loreto), Jack Iván Yovera, que el territorio no está definido entre los gobiernos peruano y colombiano.

“El régimen legal de la Isla Santa Rosa no está definido entre los Gobiernos de Colombia y Perú. Legalmente, usted puede hablar como representante del gobierno de Perú, pero si es como alcalde de una isla, tengo que decir que esa isla es una Isla nueva, no asignada y ocupada irregularmente por el Perú”, indicó el diplomático colombiano.

Este grosero altercado fronterizo también llegó al Congreso donde parlamentarios como Karol Paredes y Guido Bellido levantaron su voz en defensa de nuestro territorio. Luego de dos días de envíos de documentos y movilización de las Fuerzas Armadas a la frontera, el alcalde de la ciudad de Leticia de Colombia, Elquin Uni Heredia, pidió disculpas al Perú por el incidente con el director de soberanía de la Cancillería de su país. Hasta ahí las aguas se estaban calmando pero gracias a este exabrupto fronterizo,  se pudo conocer la triste realidad de los pobladores de la isla Santa Rosa.

El alcalde Yván Yovera solicitó de manera enfática priorizar la creación del distrito de Santa Rosa con la finalidad de que puedan realizar sus propios expedientes y plantear soluciones a la problemática de la isla que por años solo recibe desidia de los gobiernos de turno.

Además, en el programa de radio de Lima Gris, Jorge Linares Peña, reconocido gestor turístico cultural y gastronómico de la región de Loreto señaló: Antes de cualquier cosa es que Santa Rosa sea distrito. Después de eso necesitamos mejoramiento del centro de salud, tecnología, tener un embarcadero fluvial, reforzamiento de nuestras Fuerzas Armadas y policiales. Los mismos policías no tienen ni municiones, no tienen herramientas para combatir el narcotráfico, no tienen embarcaciones fluviales para patrullar”.

Es decir, la isla Santa Rosa, sus pobladores y los efectivos de las Fuerzas Armadas se encuentran abandonados por el gobierno de Dina Boluarte. Esta terrible situación se repite también en la fronterza con Brasil. La realidad es que la señora de los Rolex y del chifa continúa empujando el país al abismo.

(Columna publicada en Diario UNO)

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