Política

Los compadrazgos del Comité de Cultura del Congreso de la República

Asociación de Bibliotecólogos del Perú solicita la inmediata destitución del Comité Consultivo de los señores: Hugo Coya, Alejandro Neyra y Federico Prieto.

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Por Rubén Urbizagástegui-Alvarado, Ph. D.

Se cuenta que cuando Felipe V iba a tomar posesión de su trono, recibió un sabio consejo de su abuelo, el Rey Luis XIV de Francia. Este le sugirió que estableciera un “Consejo de sabios e ilustrados”, de personas capacitadas, para poder servirse de sus experiencias, consejos y dar órdenes asesorándose por ese consejo de ilustrados. Entonces, en estos tiempos un Consejo Consultivo sería algo así como un grupo de personas que aportan conocimientos y habilidades especiales y con sus consejos aumentar las probabilidades de éxito de los objetivos que se persiguen. Servirían para hacer recomendaciones y/o proporcionar información clave en el área de su especialidad y puede ser de gran acierto para llevar a buen término una iniciativa específica. Es decir, hablamos de personas conocedoras, formadas académicamente en la especialidad y que hayan tenido experiencia práctica donde hayan puesto en funcionamiento exitosamente aquello en lo que pretenden asesorar.

Por ejemplo, si se necesita asesores en edición y bibliotecología, lo más lógico es que las personas tengan ese perfil, que hayan trabajado en esa área, que hayan planificado y organizado bibliotecas, centros de información especializada, bases de datos bibliográficas, evaluado colecciones bibliográficas y propuesto por lo menos su descarte y reposición; que hayan analizado los servicios de circulación y los mecanismos de difusión de la información de autores de libros y artículos de revistas. A estas alturas del siglo XXI que conozcan los problemas relacionados al big data, acceso abierto, organización del conocimiento, preservación digital, implementación de bibliotecas digitales. Además, que demuestren con sus escritos (tesis, libros, artículos publicados en revistas académicas, ponencias presentadas en congresos, etc.) que tienen ese conocimiento práctico y estén familiarizados con sus paradigmas.

Algunos integrantes de la Comisión Consultiva de Cultura del Congreso.

Sin embargo, con estupor y zozobra tomamos conocimiento que la Comisión de Cultura del Congreso Nacional para el periodo 2021-2026, ha nombrado un Comité Consultivo de Editores y Bibliotecólogos, integrado por abogados y periodistas. No sería de extrañar y respetar si este Comité Consultivo fuese integrada por personas conocedoras y especialistas en el área, pero tal vez a parte de alguien que es editor de libros ¿que pueden aportar a esta Comisión los otros integrantes del Comité Consultivo? Estos señores no tienen formación académica en el campo de la Bibliotecología y Ciencias de la Información, no se formaron académicamente en esa área, y nunca practicaron la bibliotecología ¿Cómo, entonces, van a asesorar sobre asuntos bibliotecológicos?

No hay forma de explicar tanta ceguera. ¿Es posible que los congresistas integrantes de la Comisión de Cultura del Congreso Nacional no sepan que en el país existen dos programas universitarios de formación académica en Bibliotecologia y Ciencias de las Información? ¿Desconocen que existe una Asociación de Bibliotecólogos Peruanos, cuyos integrantes asesorarían a esos congresistas con mayor profesionalismo y con conocimiento de causa en cuestiones de bibliotecología? Para decir verdad, no creemos que desconozcan.

De lo que se trata es de pagar favores y de reproducir el compadrazgo y la prebenda política a la que estos congresistas están acostumbrados. Estos señores ya ocuparon cargos en otras oportunidades y en otras esferas de la gestión pública, los lazos sociales de compadrazgos hacen que solo se muevan a otros sectores, pero conservando los privilegios ganados por los favores políticos. Nada hay de más vergonzoso que arrogarse el derecho al conocimiento sin conocer el asunto que se supone conocer. Nada hay de más vil y servil que aprovecharse de los lazos sociales y de compadrazgos para beneficio propio.

Nos gustaría saber dónde están sus escritos sobre bibliotecología y sobre los problemas que afronta la democratización del libro y la lectura en el país. Y lo que es peor, las agencias rectoras comprometidos con este problema como el Ministerio de Cultura y la Biblioteca Nacional del Perú, los que dirigen las Bibliotecas Universitarias del país y el Ministerio de Educación están ausente de este Comité. Con toda certeza esos señores no representan a los cientos de bibliotecólogos peruanos ni a los trabajadores de las bibliotecas dispersas en el país. Muchos de ellos también escritores, periodistas, educadores, sociólogos, antropólogos, profesores universitarios con maestrías, con doctorados y mejor preparados que esos asesores. La Asociación de Bibliotecólogos del Perú, considera que un buen asesor en asuntos de bibliotecología debería tener por lo menos estos tres criterios que mucha falta le hacen a los nombrados:

1. Conocimientos teóricos fundamentales en la planificación y organización de sistemas de información bibliográfica; big data, acceso abierto, organización del conocimiento, preservación digital, implementación de bibliotecas digitales, etc.

2. Experiencia laboral en la planificación, organización y operacionalización de sistemas de información bibliográfica; es decir, demostrar que se planificó, organizó y se puso en funcionamiento sistemas de información y que esos sistemas estén visibles y vigentes.

3. Demostrar esa familiaridad con artículos y libros publicados sobre el asunto Bibliotecología y Sistemas de Información en el Perú. Que se demuestre esa “docencia” y experiencia académica.

Finalmente, la Asociación de Bibliotecólogos del Perú, hace de conocimiento público que no se siente representada en esa Comisión de Cultura, hace pública su rechazo y total desacuerdo con esos nombramientos y solicita la inmediata destitución de ese Comité Consultivo de los señores: Hugo Coya, Alejandro Neyra y Federico Prieto.

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