A la salida del congreso, Richard Swing, ex motivador del Ministerio de Cultura, regaló billetes de diez soles entre los transeúntes que se acercaban a verlo. Una práctica que recuerda el tipo de programas que conducía Laura Bozzo, esos que invisibilizan a los espacios culturales en la televisión. Quizás nuestra política diaria es un programa de Talk – Show.
Si la política peruana es un Talk – Show, Richard Swing no tiene que envidiar las dotes histriónicas de Laura Bozzo; el dominio escénico, la instrumentalización del prójimo y los calculados arrebatos son su sello personal. De ahí al baño de masas existe la misma distancia que separa a la política actual del populismo: nada.
Es difícil saber qué ideas habitan la cabeza de Richard Swing; por eso con él se tendría que recurrir a esa pelota que Odría echó en la cancha y que numerosos políticos han sabido dominar bien: Hechos no palabras. Y como buen político ¿Qué no es? Richard Swing ha iniciado su obra regalando billetes de diez soles y generando un caos entre personas que no pueden obtener provechosas órdenes de servicio por parte del Ministerio de Cultura.
El video que muestra el acto es claro: Richard Swing es el típico político encaramado en su vehículo, que se da un baño de popularidad. El pueblo lo vocea: Richard, por aquí, Richard, acá. En una mano tiene un fajo de billetes y con la otra los va entregando; uno, dos, tres, cuatro… más de diez veces estira la mano para beneplácito de los peatones: un billete de diez soles equivale a varios pasajes en transporte público, a un buen menú, a desayunos al paso para una semana. Diez soles, con pandemia o sin ella, es plata para el pueblo; mas no para Swing. El fajo que queda en su mano le estorba, le incomoda, está de más: lo lanza al aire, como si quisiera jugar canasta con un tacho de basura; los peatones se empujan, algunos caen, se atropellan, otros se tiran al piso para recoger el fajo de billetes. Swing entra presuroso a la camioneta, ordena la ruta al chofer, se mira al espejo y se echa alcohol en gel para desinfectar sus manos. Una performance digna de un político, no faltaba más: Swing es la política peruana en su estilo contemporáneo.
Si mañana fueran las elecciones y Swing postulara a un cargo público ¿Los ciudadanos que recibieron los billetes, votarían por él?