La delincuencia va ganando la ‘batalla’ al Ejecutivo que lo único que hace es sacar a los policías a las calles para patrullar, pero que hasta la fecha no utiliza la inteligencia para combatir desde adentro a los malhechores. Mientras el gobierno de Dina Boluarte continúa dando soluciones tibias, los extorsionadores, sicarios y demás sujetos de mal vivir continúan como si nada hubiese ocurrido. Sea distrito declarado en emergencia o no, las calles se siguen tiñendo de sangre.
Un joven taxista de 34 años se convierte en la nueva víctima mortal. Este fue acribillado de 19 disparos cuando intentaba ingresar a su domicilio en la cuadra 6 de la avenida República de Panamá, en la provincia constitucional del Callao. De acuerdo a los testigos de este terrible hecho, los presuntos sicarios llegaron a bordo de un auto negro, quienes sin mediar palabra dispararon contra el taxista. En la escena del crimen se contabilizaron al menos 19 casquillos de bala.
El ataque ocurrió anoche en plena vía pública, dejando a los vecinos chalacos atemorizados por la alevosía de los delincuentes. Tras el terrible asesinato, efectivos de la Policía Nacional del Perú (PNP) y peritos de criminalística acudieron al lugar para iniciar con las investigaciones.
Los residentes de la cuadra manifestaron su preocupación por la creciente ola de violencia en el primer puerto. Ellos exigen a las autoridades que tomen medidas urgentes para frenar la terrible ola de delincuencia que tiene en vilo la zona.
A su turno los familiares de la víctima llegaron a la escena, protagonizando dolorosas escenas por la partida de Andy Lens Dasa.
Hasta el momento el móvil del asesinato se desconoce, aunque los efectivos de la PNP no descartan que se trate de un ajuste de cuentas debido al modus operandi de los presuntos sicarios.
Tras la muerte del taxista ya suman tres asesinatos perpetrados en menos de 48 horas en el Callao. Los dos primeros fueron dos menores de edad baleados la noche del 29 de setiembre a la altura de la cuadra 5 de la avenida Argentina.
La inseguridad impera en cualquier distrito de la capital, sea este declarado en emergencia o no. La ciudadanía en general ve con poco entusiasmo lo declarado por la mandataria que más vive preocupada en evadir a la prensa y enclaustrarse en una realidad paralela donde no existen asaltos ni robos a diario.