Política
López Aliaga y el tren fantasma: populismo ferroviario con fines electorales
El uso del municipio como vitrina electoral. Mientras el alcalde de Lima López Aliaga busca titulares, miles de limeños continúan atrapados en un sistema de transporte colapsado y sin soluciones concretas a la vista.
A menos de un año del inicio formal de la campaña para las elecciones generales de 2026, el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, parece decidido a mantener el reflector apuntando hacia su figura política. Esta vez, el foco es un ambicioso —y aún inviable— proyecto ferroviario, del que se habla más en conferencias de prensa que en términos técnicos reales.
Desde el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), su titular, el acuñista César Sandoval, no ha dudado en calificar las acciones del burgomaestre como irresponsables y guiadas por intereses electorales. “Le pido al alcalde que no actúe por caprichos personales ni por estar en campaña. No se puede mentir ni hacer demagogia con un tema tan delicado”, sentenció el ministro desde Loreto.
Y es que el tren de López Aliaga, lejos de contar con estudios técnicos, permisos o garantías financieras, parece más un anuncio de campaña—con concierto musical incluido—que una obra pública seria. El alcalde de Renovación Popular ha cambiado reiteradamente su discurso: primero habló de una “marcha blanca”, luego de una “marcha en vacío”, sin ofrecer fechas claras, rutas definidas, ni procesos legalmente sustentados. Según el MTC, nada de esto ha sido autorizado.
El problema no es solo de forma, sino de fondo. El Ministerio ha advertido que el proyecto carece de estudios de viabilidad, impacto ambiental, análisis financiero y acuerdos formales con concesionarios. Aun así, el alcalde insiste en presentarlo como un logro de su gestión, apelando a la expectativa ciudadana de mejorar el transporte urbano, sin explicar cómo se sostendría técnica o económicamente.
“El alcalde le ha faltado el respeto a la ciudadanía de Lima y al ministerio”, afirmó Sandoval, acusándolo de desinformar al público con anuncios grandilocuentes sin sustento alguno.
Este nuevo capítulo entre la Municipalidad de Lima y el gobierno central pone en evidencia un patrón preocupante: la utilización del aparato municipal como plataforma electoral. Mientras López Aliaga busca titulares, miles de limeños siguen atrapados en un sistema de transporte colapsado, sin soluciones reales a la vista.
La postura del MTC es clara: sin estudios serios, no hay tren. Pero el alcalde López Aliaga, más interesado en la propaganda que en la planificación, parece decidido a seguir vendiendo humo sobre rieles. Una estrategia que, aunque útil para su campaña, no resuelve la crisis del transporte en Lima.