Ezio Neyra, exjefe de la Biblioteca Nacional del Perú, armó todo un show televisivo para anunciar que el ministro de Cultura Ciro Gálvez le pidió su renuncia. Intentando aferrarse al cargo, esbozó argumentos fallidos sobre el despilfarro de dinero, pero sobre los recientes robos a la BNP no dijo ni una palabra. Aquí nuestra respuesta.
El exjefe de la Biblioteca Nacional del Perú se siente afectado porque el ministro de Cultura, Ciro Gálvez, le pidió su renuncia. Anoche apareció en una entrevista vergonzosa con Jaime Chincha, interpretando el papel de víctima. Ezio Neyra debe entender que cuando un nuevo gobierno te pide la renuncia, no se debe salir a los medios a llorar como una Magdalena. Aquí la tristeza de Neyra se debe a que por mucho tiempo la argolla enquistada en el Ministerio de Cultura se va rompiendo, y con eso, se acaba su sueldo mensual de 15,300 soles y su cuota de poder para ordenar las contrataciones de los amigos, es decir: se acaba la dedocracia en la BNP.
La meritocracia jamás ha sido una de las cualidades del MINCUL ni de sus instituciones adscritas, como la Biblioteca Nacional del Perú, el Archivo General de la Nación, LUM, IRTP y el MUNA. Por más de una década, esos altos cargos no estuvieron ocupados por gente idónea, siempre se colocó a personas que solo cumplen con el requisito de moda: tener un padrino político.
Por eso anoche no causó sorpresa ver en RPP a un Ezio Neyra entristecido, sabemos que ese medio de comunicación ha servido de bombero para diferentes gobiernos y funcionarios públicos de turno. Es decir, el principal trabajo de RPP en los últimos años ha sido realizar la función de relacionista público con experiencia en manejo de crisis. ¿La razón? Los millones de soles en publicidad estatal. Y ni hablar del señor Jaime Chincha, que funge de abogado con micrófono. Pero no podemos exigirle a Jaime Chincha que entienda lo que pasa en el sector cultural, él cree que leyendo unos papeles impresos será suficiente para abordar a su entrevistado, y más aun cuando la entrevista tiene como finalidad lavarle la cara a Ezio Neyra y patear por debajo de la mesa las canillas del ministro Ciro Gálvez.
La digitalización en la BNP no comenzó hace 18 meses con el ingreso de Ezio Neyra, la digitalización fue una propuesta aprobada por la gestión de Ramón Mujica Gallo en marzo del 2016, una realidad que en estos tiempos tecnológicos y de pandemia se viene aplicando en todas las instituciones del mundo.
El pago de los S/ 194, 146.00 soles con fecha 04 de agosto de 2020 para el servicio de Implementación de Plataforma de Gestión de Contenidos Digitales, no se hizo a nombre una empresa procedente de España como menciona Ezio Neyra en la entrevista, sino, a nombre de su amigo chileno Gonzalo Oyarzun Sardi, nombre que evita mencionar. Pero ese pago a nombre del señor Oyarzun Sardi no lo inventa Lima Gris, es información que figura en el Organismo Supervisor de Contrataciones con el Estado (OSCE).
Otro de los temas que se mencionó en la entrevista fueron los casi S/ 300 mil soles de la contratación por fotocopias y escaneos en tiempo de pandemia, es decir, cuando la biblioteca no atiende al público presencialmente y en medio de la alerta de una probable tercera ola. Neyra se defiende señalando que el pago por ese servicio se realiza mes a mes según lo que se gasta. Eso es falso. El pago no se realiza al destajo. Claramente en la cláusula cuatro del contrato se señala:
“La entidad se obliga a pagar la contraprestación a el contratista, de forma mensual, luego de la recepción formal y completa de la documentación correspondiente, según lo establecido en el artículo 171 del reglamento de Ley de las contrataciones del Estado. La entidad realizará el pago de la contraprestación pactada a favor del contratista en forma mensual, el cual deberá ser efectivo en el plazo máximo de (10) días calendario siguiente a la conformidad del servicio”.
En ninguna parte el contrato se señala que el pago se realiza según se va gastando, es decir, a destajo. Un falso argumento que Ezio Neyra utilizó para sorprender a un desinformado Jaime Chincha. Los descargos del exjefe de la Biblioteca Nacional son solo palabras, aquí argumentamos con documentación.
Jaime Chincha, con gran ignorancia en el sector cultural, esgrime un argumento conspiranoico mencionando: “He leído las denuncias de un mismo portal (Lima Gris) y además con caja de resonancia en una Asociación de Bibliotecólogos del Perú, que, además, se dirige al Defensor del Pueblo y le anexa estos links de Lima Gris y le pide que se investigue y usted salga de la institución. ¿Le han hecho la camita? Como se dice, le han armado un muñeco, un monstruo Frankenstein para sacarlo del cargo, pareciera ser eso”.
A lo que Ezio Neyra responde: “Es una posibilidad, Jaime, no tengo de todas formas manera de asegurar con convencimiento una cosa como la que acabas de asegurar, pero es algo que está dentro de las posibilidades, ciertamente”.
Pero nosotros sí podemos asegurar que la salida de Ezio Neyra de la BNP se debe estrictamente a una decisión del propio ministro de Cultura, Ciro Gálvez, decisión que habrá tomado luego de revisar el informe de la comisión de transferencia. Fueron 18 los meses que duró Ezio Neyra como jefe de la BNP, y en ese tiempo la institución estuvo sumergida en una oscuridad donde hubieron robos y despilfarro de dinero, y donde su círculo de amigos llegó a ocupar altos cargos con sueldos de 13,500 soles mensuales y órdenes de servicio de 30 mil soles al estilo Richard Swing. Parte de esa gente viene de la Municipalidad de Lima. Toda esa documentación será publicada con nombres y apellidos, y se darán cuenta de que son los mismos personajes que hoy defienden y lloran como viudas por la destitución de Ezio Neyra, lamentándose porque dejarán de cobrar sus jugosos sueldos mes a mes.
Ahora, ¿por qué Jaime Chincha no preguntó por los dos recientes robos ocurridos en la BNP? La respuesta es simple: porque de esos temas no le conviene hablar a Ezio Neyra. Dos robos donde los delincuentes se llevaron computadoras del primer y cuarto piso de la sede central de San Borja. Aquí es importante señalar lo que mencionó la historiadora e investigadora Mariana Mould de Pease sobre lo que contenía la computadora que se robaron de la Dirección de Protección de Colecciones: “En esta computadora hay información muy importante, como la cuestionada compra de un manuscrito atribuido a César Vallejo sólo en base al peritaje de su funcionario Gerardo Trillo, no se consultó al Dr. Enrique Ballón quien es el mayor experto en su obra y caligrafía que como se puede ver en Internet leyendo el diario ABC”.
¿Acaso los robos ocurridos no fueron importantes para hablarlos en la entrevista?, pues para ellos no, porque la preocupación de Jaime Chincha fue lavarle la cara a su entrevistado, y es por eso que todos los hechos que involucren responsabilidad fueron puestos debajo del mismo escritorio donde comenzó a patear las canillas del ministro Ciro Gálvez.
Además, en la entrevista de RPP, Ezio Neyra intenta ningunear a la Asociación de Bibliotecólogos del Perú, una institución que viene fiscalizando de manera comprometida a la Biblioteca Nacional del Perú, una fiscalización que todos los medios de comunicación deberían hacer, pero sabemos que en la mayoría de medios hace años dejaron de hacer periodismo. Ante la vergonzosa entrevista, la Asociación de Bibliotecólogos respondió con una nota aclaratoria contundente donde mencionan: “Rechazamos tajantemente las insinuaciones tendenciosas y mal intencionadas del periodista Jaime Chincha y exhortamos a informar de manera objetiva y sin prejuicios”.
Además de un show montado entre lamentos y tesis conspiranoicas, Jaime Chincha y Ezio Neyra se dedicaron a disparar contra el sociólogo y economista Gonzalo Alegría Varona y el ministro Ciro Gálvez, y luego, aun con la sangre en el ojo, Ezio Neyra disfrutaba con una sonrisa a todo lo que Jaime Chincha iba disparando contra el nuevo ministro de Cultura.
Lo importante es que la argolla caviar, que estuvo enquistada en el Ministerio de Cultura durante años, se va cayendo ante los desesperados ojos de quienes ahora ven, con espanto, cómo se les acaba la mamadera y los privilegios que se reparten entre los amigos a costa del pueblo y sus impuestos. Ya basta de tanta mediocridad y miedo a decir las cosas como son. Ya basta de hacerle daño al país y a sus instituciones. Es tiempo de cambios.