11 versiones de un hecho, la treceava individual de Valentino Sibadón, compone una secuencia de once medianos formatos en acrílico sobre lienzo, dos esculturas modulares de pared en Mdf, melamina y metal, además de un díptico de gran formato en acrílico sobre lienzo. Va hasta el 15 de junio en La Galería.
Aquí no hay espacio para la ambigüedad. En la geometría de filo duro, cada elemento está meticulosamente calculado y deberá ser ejecutado con precisión matemática. Entonces, si cada línea recta es un viaje hacia la claridad y la clarividencia, cada ángulo agudo será un desafío para la exploración de nuevas perspectivas y dimensiones. Todo un universo de posibilidades estéticas y conceptuales generadas a partir del matrimonio entre tecnología y forma visual, dimensión estética iniciada en Rusia y Holanda con nombres prominentes como Kasimir Malevich, Piet Mondrian y Theo van Doesburg.
La novedosísima corriente no tardaría en aterrizar por estos pagos gracias al pacasmayino Emilio Goyburu (1897-1962), nuestro intrépido vanguardista que se apoderaría de la escena pictórica en el amanecer del siglo pasado. Él fue nuestro primer pintor abstracto, además de ilustrador de Amauta, la revista de Mariátegui, y creador de la inmortal portada del poemario “5 metros de poemas” de Carlos Oquendo de Amat (1925). Luego el panorama nacional estaría dominado por mujeres.
He allí, por ejemplo, a la franco-búlgara Regina Aprijaskis (Burdeos, 1919-Lima, 2013), artista formada en nuestra por entonces indigenista Escuela de Bellas Artes. Después de vivir 18 años en Nueva York y recibir la influencia de los notables Rothko y Barnett Newman —y de estudiar en el taller de Theodoros Stamos— se dedicaría exclusivamente a la abstracción geométrica. Como también lo haría, ya en los sesenta, Ella Krebs (Callao, 1926), eximia cultora del abstracto en sus variables lírica, óptica y cinética.
Si bien es cierto que pintores como Alberto Dávila, Sabino Springett y Fernando de Szyszlo eventualmente cederían a la tentación de trazar líneas, encajar perspectivas, el simétrico arte encontraría en Mariella Agois (Lima, 1956-2024) a su más conspicua cultora: ella adscribe a la línea dura como principio compositivo dinámico convenientemente alimentado por lo artesanal, orgánico, precolombino y digital. Una retrospectiva suya —“Sistemas geométricos. Pinturas 2008-2023”— aún se puede ver en el MALI.
En tiempos recientes, el filo duro encontrará en el joven Valentino Sibadon (Lima 1984) a un descollante cultor. Graduado de Bellas Artes, desde sus primeras exposiciones en espacios como La Máquina de Miraflores (2008) o Yacana de Lima (2009), Sibadon ha explorado el cruce entre la geometría y la abstracción con maestría. Su treceava muestra individual presenta “11 versiones de un hecho”, once pinturas de 100 x 100 cm. Esa es la instalación principal, la pintura negra gobierna el lienzo crudo. E impone el patrón de las esculturas de pared, que parten del mismo modulo y generan distintos efectos de acuerdo a su ensamblaje.
“Hace referencia a cómo un mismo hecho puede tener diferentes lecturas. Y eso es algo que sucede actualmente con la información en la era de la post-verdad, donde los hechos varían según el ojo editor con el que se elija juzgar”, dice el artista. “Es el enfrentamiento de versiones, es la verdad ’oficial’ contra la verdad que, creo, es ’verdadera’. Esto es, la hipocresía de la prensa televisada o impresa que niegan situaciones obvias o exageran posiciones, la manera en la que victimarios se esconden como víctimas, las conspiraciones que terminaron siendo reales, etcétera”.
Poblado por formas simples, detalles de ventilación, diagonales dinámicas, formas cursivas y sistemas modulares intercambiables, el conjunto también le hace guiños al diseño industrial. En un movimiento que detona entre lo moderno y lo ancestral, especialmente en su hermetismo, correspondencia, causa–efecto, ritmo y vibración. Terminales puntiagudos, diagonales, fugas y secuencias inspiradas en la dinámica de la ciencia ficción. Pintura peinada sobre tela cruda. Manufactura artesanal sobre secuencias rectas de filo duro. Todo abona al concepto de modularidad y a la generación de resultados distintos según su ensamblaje.
“Progresivamente fui mezclando los cuadros negros con otras piezas y sucedieron nuevos ensambles, a veces rotándolos como un Dominó. En esta muestra hago una instalación lineal con los cuadros de un metro de altura y dos esculturas, que parten de la misma forma inspirada en los dibujos de los cuadros, Según cómo se ensamblen dan distintos resultados, creo que es una manera de jugar con las piezas”, concluye Sibadon, admirador de diseñadores de modas, carroceros japoneses y músicos avant-garde.
En suma, el suyo es un viaje hacia la convergencia que en cada ángulo agudo encuentra su punto de inflexión. La audacia de la geometría en su encuentro con la perfección matemática. Para que la belleza aflore con simplicidad elegancia, orden y equilibrio. En una sinfonía visual sobriamente poblada de ritmo, precisión y claridad.
Lugar: La Galería
Dirección: Conde de la Monclova 255 – San Isidro
Fecha: Hasta el 8 de junio
Horario: De lunes a viernes de 11 a 7 p.m. y sábados de 3 a 7 p.m.