Desde el Congreso de la República también se impulsan mentiras y mamarrachos, ejemplo de ello, es el Proyecto de Ley (PL) N° 5903/2023-CR, presentado por la congresista Adriana Tudela Gutiérrez. 25 páginas redactadas desde la ignorancia. Según la congresista, su propuesta contó con la asesoría de expertos en materia cinematográfica, pero hasta hoy no reveló los nombres de las presuntas luminarias que habrían sido cómplices de una propuesta que desconoce lo que en realidad necesita nuestro cine nacional.
Desde el Ministerio de Cultura, o, mejor dicho, desde la Dirección del Audiovisual, la Fonografía y los Nuevos Medios (DAFO), se viene arrastrando los graves errores del ex Consejo Nacional de Cinematografía (CONACINE), me refiero al hecho de repartir casi a dedo, el financiamiento para la realización de largometrajes y cortometrajes. Pero este asunto es un caso puntual en el que se debe sancionar con pena de cárcel a los funcionarios del MINCUL que juegan en pared para premiar a sus allegados, pero también a las productoras y directores de cine que reciben dinero del Estado y éste termina siendo gastado en la compra departamentos y camionetas, y no en la producción o realización del proyecto cinematográfico.
Se requiere una mayor fiscalización sí, pero no una fiscalización con multitas tontas como las que propone la congresista Tudela. En sí, el seudo Proyecto de Ley Tudela, también tiene un sesgo político, porque cuando habla de películas de Velasco, Diez Canseco o Heraud, le sale roncha a la congresista, y como excusa se preocupa más en abrir las fronteras y otorgarle beneficios a productoras internacionales para que puedan filmar en el Perú. Esto no es un PL, sino, un capricho que escondería detrás un presunto lobby.
La congresista Tudela debe entender que un Proyecto de Ley de cine debe preocuparse por temas urgentes que necesita nuestra cinematografía nacional, una de ellas es “la cuota de pantalla”, para que las películas peruanas no sean retiradas en menos de una semana de las salas. Lo segundo, la creación de la cinemateca nacional, ya que urge la necesidad de preservar, catalogar, exhibir y difundir el cine peruano. Pero lo más importante de esto es conservar la memoria cinematográfica de nuestro país, patrimonio que debe ser custodiado por el Estado.
Lo tercero, es la formación de público y la construcción de la primera facultad de cine en el Perú. Porque lo que tenemos ahora, son solo institutos plagados de seres mercantilistas que no entienden lo que es el cine. Congresista Tudela, su ignorancia es atrevida.
(Columna publicada en Diario UNO)