1. Que se haya aprobado la interpelación en contra del ministro de Educación es una grave muestra de desvergüenza institucional y una imperiosa vergüenza para el país.
Que se haya propuesto la moción de censura correspondiente, luego de la interpelación, eleva al cuadrado lo descrito en las líneas anteriores.
Que se destituya a Saavedra, sin embargo, no resultará en nada más grave, toda vez que debe dejarse de enaltecer a individuos cuando lo que debe importar es el proceso. Si sale Saavedra, debe procurarse la promoción de otros cuadros competentes a fin de que se mantenga y se intensifique la Reforma Educativa, pero a todo dar, es decir, considerando los sueldos de los maestros, el mejoramiento de la infraestructura de los colegios públicos, sus bibliotecas y laboratorios, y no sólo el cuento del famoso PRONABEC y otros programas asistencialistas que fueron el basamento de la mediana gestión humalista.
2. Sin duda, existen rastros inequívocos de corrupción en el MINEDU, como en todo el resto de la Administración Pública, y aunque no se puede responsabilizar directamente al ministro encargado de dicha cartera, al menos, no en este momento, también debemos considerar que a cualquier otro ministro involucrado en problemas y en detalles de gastos como el que ha tenido el actual responsable del MINEDU hace buen tiempo que en cualquier sociedad bien constituida se le hubiera destituido.
3.Debe entenderse que la persona del ministro en sí no importa – en caso estuviera involucrado en turbiedades administrativas y componendas, deberá ser sancionado con dureza y gravedad – sino por la necesidad de avanzar en la materialización de la reforma de la educación en el país. Pese a ello, como ya expuse, si se le destituye no tiene por qué devenir ninguna crisis ya que deberá asumir su cargo algún otro técnico con experiencia, quizás algún viceministro, etc.
4.Hay gente quejándose por el ejercicio de la fuerza que hace el fujimorismo y me pregunto si tiene algún grado de perturbación mental, es decir, que otra cosa podía esperarse de parte de ellos, si además de sus obvias limitaciones y taras, a Keiko, es decir, a su actual líder, se le ha vetado en dos ocasiones consecutivas. Yo mismo me opongo, en todo momento, a figuras como ella y a movimientos tan repugnantes como el que representa, pero me preocupa cómo quedará este hecho en la historia del país habida cuenta que uno de sus grandes problemas colectivos es la falta de sentido crítico.
Por otra parte, el empecinamiento de Keiko por perturbar al mandatario en contubernio con su infausta hueste de alcahuetes congresales es entendible. Con dos elecciones perdidas sabe que, en el 2021, Kenji será la opción que se impondrá dentro de su “banda” para asumir el mando y eso la tiene sumida en una permanente inquietud.
5. A nadie debe sorprenderle la actitud de los fujimoristas, pero es insano que se pretenda una reacción contundente por parte de PPK, toda vez que no corresponde a su persona ni a su voluntad., mucho menos, a su historia privada. Sin embargo, ya que es el Presidente del país, al menos, deberá coordinar con el premier a fin de solicitar el voto de confianza ya que corre el riesgo de quedar como un pelele.
6. El Perú tiene que cambiar sustancialmente ya que es indeseable que elección tras elección se siga prefiriendo el mal menor.
Lo que urge es una reforma de todas las instituciones, pero es obvio que este Congreso no las va a llevar a cabo.
Lo que urge es una reforma de la ciudadanía y aunque eso no se dará en tan sólo una generación, este es un buen momento para empezar.
7. Se ha hablado mucho, en estos últimos días, sobre procedimientos constitucionales que como casi toda la Constitución no son sólo inefectivos, sino que son producto de la mera trasplantación de figuras que no se deben a nuestra realidad sino a modelos políticos extranjeros demasiado distantes.
8.Es cierto que la cuestión de confianza es un modo de cautelar e intentar remediar la moción de censura, pero el fondo es que la ingobernabilidad del país está en su pico más alto respecto de nuestra historia reciente y tanto la oposición, el oficialismo y el resto de “fuerzas” políticas actuales no tiene ni idea de que proponer.
9. Denegar el voto de confianza es una facultad absoluta del Parlamento y como se ve, este no tiene ningún problema en pasar una vergüenza tras otra.
Si se falla en contra del voto de confianza se abre la legitima salida constitucional para cerrar el Congreso, en tanto, se repita el gesto y aquí yace otro grave peligro ya que, de haber una nueva elección parlamentaria, conforme lo dicta artículo. 134 de la Constitución, en el lapso de los cuatro meses posteriores al decreto que disuelve el Congreso, dudo mucho que varíen los resultados de este año.
Entonces, cerrar el Congreso ¿para qué? Para volver a tener una mayoría fujimorista. No, gracias.
10. Lo que urge es que el país tenga como forma de gobierno una democracia plena y aunque es obvio que no existe, en este momento, nada sino un balbuceante esbozo de la misma, bien vale la pena luchar para que ese esbozo se torne una obra consumada.
Pd. La sola existencia del fujimorismo es una vergüenza para el país.