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Las protestas contra el fraude en Venezuela ya habrían cobrado siete muertos 

La represión madurista en las calles es implacable y a través de sus paramilitares disparan, y golpean a la población enardecida que protesta y rechaza que le hayan robado su elección popular.

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Ante las protestas de miles de jóvenes que se lanzaron a las calles para rechazar el grosero fraude en las recientes elecciones presidenciales de Venezuela, las fuerzas revolucionarias y paramilitares maduristas abrieron fuego a los cientos de miles de ciudadanos. Según, fuentes independientes han confirmado la muerte violenta de al menos siete jóvenes.

Desde la medianoche en Venezuela los enfrentamientos en distintos puntos del país se intensificaron; por su parte el Foro Penal denunció la muerte del joven Alejandro Graterol, de 18 años, quien fue impactado por un proyectil en el cuello cuando protestaba en Yaracuy. Lo mismo sucedió a un menor de 15 años en San Francisco, en el estado petrolero del Zulia, y a otro joven en los alrededores del Instituto Venezolano de Seguros Sociales en el barrio caraqueño de Antímano, que en otros tiempos fue la zona donde el chavismo obtenía un porcentaje más alto de aprobación.

Por su parte, la Encuesta Nacional de Hospitales agregó tres nombres a la lista: uno en Caracas y dos en Maracay, capital de Aragua, a dos horas de la capital. En esta localidad los hospitales pedían unidades de sangre y utensilios médicos tras una batalla campal en la que resultaron heridas unas 40 personas, cifra, que hora tras hora se multiplica por todo el país. Y entre los heridos también se encuentran 23 militares, según información del general Vladimir Padrino, ministro de Defensa y cabecilla del generalato chavista.

Como se sabe, la primera víctima mortal, fue José Valero. Él mientras protegía los votos ciudadanos en su pueblo, fue impactado por una bala junto a su centro electoral en Patiecitos, así como otros jóvenes que también resultaron heridos de bala en el estado fronterizo de Táchira, donde se encuentra presente la guerrilla colombiana aliada de Nicolás Maduro.

Otro hecho que ha dado la vuelta al mundo, es el derribo de las estatuas de Hugo Chávez. No obstante, Amnistía Internacional exhortó: «Hacemos un llamado urgente a la protección irrestricta de los derechos humanos a la libertad de expresión y a la protesta. Las personas que salen a la calle a manifestarse no deben, en ningún caso ser reprimidas con uso excesivo de la fuerza, ni enfrentar la violencia impune perpetrada por colectivos armados».

La sublevación popular comenzó ayer, desde Petare y Catia, desde los Valles del Tuy o La Vega, los jóvenes se lanzaron a las calles indignados por el robo de su voto y por el secuestro de su futuro ante la cacería emprendida por los colectivos revolucionarios (paramilitares chavistas) contra los manifestantes en las cercanías del Palacio de Miraflores, la sede de gobierno de Maduro.

Foto: Fernando Vergara (AP).

Miles de cacerolas comenzaron a sonar en la mañana de este a oeste de Caracas, desde Petare, la mayor favela de América Latina, hasta Catia, que circunda Miraflores. «Es la expresión de una ciudadanía que se siente ultrajada por una camarilla perversa atrincherada en el poder», resumió César Pérez Vivas, dirigente de la oposición democrática.

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