El artista Marino Salas inaugura su muestra titulada «Laberintos amazónicos» en la galería del Centro Cultural Agustín B. Leguía del Parque de la Amistad en Surco, ubicado en la cuadra 21 de la Av. Caminos del Inca. La muestra puede ser visitada desde el 05 al 22 de abril.
Sobre la muestra Martín Arredondo Palacios nos dice:
«La cultura son todas aquellas formas que nos permiten vivir con mayor plenitud o sobrellevar los rigores de la existencia. Hay momentos en que se transforma en un manto pesado que termina doblegando al ser humano y haciéndolo infeliz. En esos casos, la cultura se vuelve contra su autor y lo somete; a veces, deviene instrumento de dominación. Sin embargo, junto a esta, existe una cultura real que cumple de forma prístina con su objetivo original: ayudar a que el hombre comprenda mejor su mundo, lo viva con satisfacción e incluso mejor de lo que sus condiciones se lo permiten. En esos casos, la cultura es liberadora.
Las pinturas de Marino Salas son sin lugar a dudas una muestra de esta última forma de la cultura. Lo son por el impulso o el proceso que ellas dejan entrever. Marino nos invita a ser parte de una mirada cómplice (en que participan el espectador y el pintor) hacia un mundo caracterizado por la plenitud del encuentro entre el hombre y la naturaleza. Este tema pareciera anular la dimensión cultural a la que aludimos, porque lo que se postula es esa convivencia gozosa entre el ser humano y el mundo exuberante en que vive. Lo que importa destacar en este plano es la compenetración del hombre con su entorno. Obviamente, hay tristeza y nostalgia junto al gozo del cuerpo, pero eso no anula la armonía que se nos propone.
La dimensión cultural emerge no tanto del tema, sino de la mirada. Estos ojos a través de los que vemos nos interpelan sobre otras cuestiones menos armónicas.
Una de ellas tiene que ver con la recuperación del mundo rural amazónico del que nuestro pintor se desprendió cumplidos los 18 años. Esta recuperación (imposible quizá en la realidad pero siempre realizable en el arte) nos muestra la ruta de Marino Salas para posicionarse en el núcleo mismo de la creación pictórica occidental sin traicionar la matriz humana que bebió en Pampa Hermosa, Yurimaguas. Ante los defraudadores y charlatanes que quieren destrozar el arte por afán de figuración, Marss Pampa opone la fidelidad serena a un arte en que conviven lo autóctono y lo occidental. En esta tensión (que es la que está detrás de lo mejor de nuestro arte) se ubica su obra.
La segunda cuestión que esta mirada nos propone es el trabajo de un artista con su lenguaje y con ciertas figuraciones. Respecto a lo primero, el espectador podrá observar la calidad de este trazo expresionista y de los cromatismos tan variados con que se representa la emoción que late en la realidad (véase “El baño de la huerta de mis padres”). Estamos ante un creador que ya posee un lenguaje propio aunque en permanente depuración. En cuanto a las figuraciones, hay algunas espectaculares como las del “Beso amazónico” o “Retorno de la chacra”, pero junto a estas conviven otras que provienen de un trauma que siempre interfiere en nuestro día a día: la realidad entroncada con la experiencia colonial. ¿Cómo es posible que los protagonistas de los cuadros en que, vía la vivencia corporal, se propone la compenetración del hombre y la naturaleza sean sujetos blancos? ¿No es el mundo occidental justamente el responsable de los desastres que asolan nuestra Amazonía? Sin embargo, no debe pasar desapercibido que los cuadros “Chayawita 1” y “Chayawita 2” son un contrapeso notable a este protagonismo.
Estas tensiones, pues, nos hablan de la consistencia vital de la serie. Es la parte de la mirada que nos interpela, que nos inquieta, justamente porque nos enfrenta a algo que habita en nosotros. Laberintos Amazónicos es la mirada que quiere encontrar la vivencia perdida de la infancia, pero también la mirada de quien aspira a vivir lo que no podrá vivir por sí mismo. Y en esto radica su grandeza. Con técnica propia y auténtica, estos laberintos nos muestran un gesto cultural raro: pintura que nos permite vivir con plenitud incluso en nuestras contradicciones».
Sobre el artista
Marino Salas es Artista Plástico en la Especialidad de Pintura, Egresado de la Escuela Nacional Superior Autónoma de Bellas Artes del Perú (LIMA), obteniendo como merito la Medalla de Plata; Bachiller y titulado; tiene un post grado de segunda especialidad; Gestión y Dirección Estratégica para Instituciones Educativas, egresado de la Universidad Federico Villarreal; forma parte de los integrantes del colectivo, “EL RETRATO DE CARMELA” en su actividad profesional como Artista Plástico tiene diferentes exposiciones colectivas, una individual también participante de muchos concursos a nivel nacional y está capacitado para dirigir una Institución Educativa; en la actualidad es asesor profesional, en promocionar materiales de artes plásticas, en la tienda Marleni y el Arte.