Por Edwin A. Vegas Gallo
Entre que si el “cofre”, auto asignado a presidenta Boluarte, pasó el peaje Ica, llevando al paquete más buscado del Perú.
Entre que los aliados presidenciales en el Congreso, ya marcando distancia, le negaban el permiso a aquella, para viaje al período de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas (Nueva York, EUA).
Entre que la Presidenta Boluarte ya confirmó su asistencia a Cali, Colombia, para la Cumbre mundial de Biodiversidad, desconociendo las torpezas que le preparará su asesor ministro ambiental y que de seguro el Congreso no le autorizará su viaje.
Entre que los incendios forestales arrasan los bosques y fauna silvestre y en espera de la interpelación del Congreso a los acólitos ministros de Agricultura y del Ambiente.
Entre que el prontuariado más buscado del país, veranea y pasea con su amiguis congresista.
Entre que el desmadre chibolinezco, en el cual, tanto el MP como el PJ, blanden sus armas protectoras.
Entre que en el Congreso se busca el bachillerato universitario automático “per se”.
Entre que el filósofo asesor de la destituida ex fiscal de la Nación, se despacha a sus anchas y reclama ser profesor principal en una universidad pública capitalina, en su momento dirigida y apoyado por su yunta filósofo.
Entre que la pota o calamar sube de 4 soles a 20 soles por sobre pesca y los barcos chinos se pasean como “pedro en su casa” y para cubrir las apariencias, el desacreditado Congreso, busca la interpelación de los ministros de la Producción y Defensa. Mientras que la verdadera responsable de la crisis pesquera, la multifacética ex vice de Pesca y Acuicultura, la tercia dueña del poder en el Perú, con el visto bueno de los dos de la triada del poder (D+K+A), la premia y la nombra ministra de Comercio Exterior, en el mundo al revés.
Entre que los pescadores artesanales de Lambayeque, se oponen a la explotación de hidrocarburos en el mar de Grau.
Entre tanto entretenimiento mediático, el caso “sui generis” de la Universidad Peruano Alemán, UPAL, licenciada en la Sunedu de Martín Benavides, ha pasado totalmente desapercibido, en desmedro de la economía y pesar de sus estudiantes distribuidos en 15 carreras profesionales.
Este caso de la UPAL, es el mejor ejemplo, que el licenciamiento de universidades, fruto de la ley Mora 30220, estuvo sesgado por intereses subalternos, antes que privilegiar el interés superior de la calidad de la enseñanza y de la formación profesional e investigadora.
Conviene recordar que la Sunedu Benavides, le otorgó el licenciamiento a la UPAL sólo en papeles, en los cuales esta presumía, de tener modelo educativo de avanzada, infraestructura, investigadores, sostenibilidad financiera y tanto oropel, que los bisoños evaluadores de la Sunedu, se la creyeron, con la complacencia de ese Consejo Sunedu, muy vinculado a directivos del pasado Consejo Nacional de Educación y que habían realizado el informe para el licenciamiento UPAL, previa cancelación de sus honorarios por gestión y bono de éxito; pues era evidente que sabían que prontamente venderían la licencia, tal como finalmente sucedió.
A los que sabemos de gestión de universidades, no nos pueden dorar la píldora, ni dar “gato por liebre”. Ese proceso de licenciamiento de universidades a todos luces no ha sido efectivo, ha consumido en el caso de las públicas, mucho presupuesto, endogamia académica, artículos fraguado y gasto de energía. A la fecha sigue el desorden institucional casos Piura, Ica, Huánuco y en el caso de universidades como cancha, comprando artículos científicos y haciendo granjas de investigadores RENACYT.
Volviendo a la UPAL, es correcta la medida de la actual Sunedu, de por el momento “suspender la licencia” de aquella y haría bien pasar este caso al Ministerio Público, para la investigación correspondiente y si esta es seria como esperamos llegaría a los tentáculos de los “cuellos blancos” y al “chibolinazo”.