La tercera parte del Perú es informal, según data del MTPE
Cifras recogidas en el Registro de Trabajadores en la Informalidad Laboral indican que existen 12 millones 387 mil 570 peruanos laborando de manera informal.
La pregunta inicial que uno se hace es “¿por qué el peruano prefiere ser informal?”, y la respuesta no resulta del todo sencilla, pues parte de varios factores que involucran necesariamente la eficacia y eficiencia del Estado. No es que el peruano quiera cerradamente permanecer en la informalidad, sino que existen variables que finalmente terminan por inclinarlo a ello.
La mayoría de los economistas concuerdan que la informalidad debe de ser entendida como un fenómeno complejo estrechamente ligado a cómo el Estado viene operando, ya sea en salud, educación, servicios básicos, o en la recaudación tributaria.
El ciudadano promedio se ve frustrado al encontrar un servicio de salud primario como una posta desprovista de medicamentos o personal sanitario, cuestionando a dónde van a parar sus impuestos. Así pasa lo mismo en el sector educación cuando la infraestructura de los colegios resulta para más lamentable; sin asientos, sin pupitres, con techos de calamina que al primer ventarrón se van volando. Ante esa situación, muchos de esos niños y jóvenes encuentran una gran barrera para desarrollarse académicamente, teniendo que dedicarse muchas veces a la manufactura.
Otro aspecto relevante es el acceso a la justicia. En teoría, cuando un ciudadano sufre una vulneración a sus derechos lo primero que hace es acudir a una comisaría a sentar su denuncia, pero se topa con algunos malos efectivos que desde ahí ya le van mostrando que el camino hacia la “justicia” es el pago de sobornos, y no tanto la vía formal.
Por otro lado, el ciudadano ve a la Sunat como un ente persecutor más que distribuidor, poniéndose rígido ante los pequeño y micro empresarios y laxo con los grandes cuando se trata del cobro de impuestos. Asimismo, consideran excesivo y engorroso el trámite para pasar a la formalidad, viendo que resulta mucho más beneficioso permanecer en la informalidad, significando que no tienen que rendir cuentas a un ente que no les proporciona herramientas útiles.
En otras palabras, las causas de la informalidad provienen de distintas ramas y son transversales al Estado, que es visto deficiente y de baja calidad en los servicios que ofrece (salud, educación, justicia, etc.) y ausente en las partes más alejadas del país.
A todo eso hay que agregar que el Perú es mayoritariamente rural, lo que puede propiciar que la ayuda estatal no llegue a todos los rincones, desmotivando una vez más el interés del peruano a querer ser formal.
Triciclo Perú. La informalidad, una consecuencia de la ineficiencia del Estado. Foto: archivo Comex.
El Registro de Trabajadores en la Informalidad Laboral
Esta mañana, el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE) oficializó la creación del Registro de Trabajadores en la Informalidad Laboral, recogida en la Resolución Ministerial n.° 057 -2025 -TR, mencionando que su finalidad será “permitir coadyuvar en el diseño, implementación, evaluación y mejora de políticas públicas, intervenciones, estrategias, entre otras, orientadas a abordar la problemática del empleo informal”.
Queda claro que combatir la informalidad no consistirá solamente de un sector, sino que significa un trabajo multisectorial que incumbe a diferentes ministerios e instituciones del Estado. El MTPE puede tener toda la buena intención de presentar cuadros estadísticos y proponer soluciones conjuntas con otras instituciones, pero el gran paso hacia adelante será finalmente convencer a los ciudadanos sobre los beneficios de la formalidad, y para ello se requerirá de una “reingeniería” de todo el sistema.
Un tercio de peruanos trabaja de manera informal
Visto el contexto, no resulta sorprendente que de los 36 millones de peruanos más de 12 millones (12 millones 387 mil 570, para ser más precisos) se encuentran en la informalidad laboral en el Perú, de acuerdo a las cifras del reciente Registro de Trabajadores en la Informalidad Laboral.
A los 2,4 millones de jóvenes con trabajo informal en el rango de edad de los 18 a 29 años hay que añadir los 783 mil extranjeros que se encuentran al margen de la formalidad, trabajando muchos de ellos más de 12 horas al día y recibiendo menos del sueldo mínimo.
Por último, no se puede dejar de lado el millón de personas con discapacidad, los cuales se encuentran con muchas dificultades a la hora de postular a un puesto laboral.
Fuente: Registro de Trabajadores en la Informalidad Laboral.
¿Formal o informal?, he ahí el dilema
A modo de conclusión, se podría recalcar que existe un descontento de parte del micro o pequeño empresario al momento de querer formalizarse, desincentivándolo de querer contratar, bajo todas de la ley, a ciudadanos nacionales o extranjeros, al ver que los gastos resultan sumamente superiores a los beneficios económicos o sociales.
Por otro lado, lo único que ha hecho el Estado durante los últimos años fue incrementar la base tributaria hacia los creadores de contenido, los influencers o negocios en línea, o crear la famosa ‘Tasa Netflix’, exprimiendo más y más a los formales, pero no ofreciendo beneficios que inviten a permanecer en ese lado de la vereda.