Opinión

La república oligopólica

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Por Tino Santander Joo

El Perú está subordinado a los intereses del oligopolio bancario (BCP, BBVA, INTERBANK, SCOTIANBANK), que controlan la economía nacional, la mayoría de los partidos políticos de izquierda y de derecha el poder judicial, el tribunal constitucional, la fiscalía, la defensoría del pueblo, el parlamento, los medios de comunicación tradicionales, los partidos políticos de izquierda y de derecha, las centrales sindicales y algunas organizaciones sociales. Todos ellos son cómplices del esclavismo financiero que impone la bancocracia corrupta.

Millones de familias sufren el terror de los bancos que amenazan con quitarles sus casas, automóviles y enseres industriales para rematarlos mafiosamente. Utilizan estudios de abogados que se jactan de tener influencia en el poder judicial y el Indecopi. Los podridos (la clase política) implementaron en la pandemia el programa reactiva (préstamos a los grandes empresarios con intereses de 1. % anual para rescatarlos de la crisis). La inmensa mayoría fue abandonada al terror de los bancos generando más sufrimiento al causado por la pandemia.

Nunca vamos a olvidar como Vizcarra, su familia y sus amigos se vacunaron vilmente a espaldas de millones de peruanos que sufrían la pandemia con un sistema de salud colapsado, sin oxígeno, ni vacunas, con los precios altos de las medicinas que imponía el monopolio farmacéutico del Interbank.

Nada los detiene, son una aplanadora gigantesca que cuenta con un ejército mediático y político que aparentemente los hace invencibles, sin embargo, la inmensa mayoría los odia en silencio, porque, saben que les roban su trabajo, la alegría de vivir en paz y tienen miedo a los abogados que los llaman para aterrorizarlos. Sin embargo, allí están los podridos del parlamento, el Indecopi, la SBS, el BCR que no ven, no escuchan los reclamos y la indignación de millones de familias.

El establo parlamentario, no quiere legislar sobre estos temas; ellos están felices con bonificaciones ilegales y robándoles el sueldo a sus trabajadores, reciben como migajas viajes al extranjero en eventos intrascendentes o el de ujieres políticos de los viajes de Boluarte. Los bancos tienen una legislación que les permite implementar un sistema de esclavismo financiero; esa estructura jurídica tenemos que derogarla para democratizar el crédito a través de la competencia financiera.

Tenemos que modificar la ley de bancos para fomentar mayor competencia y tener un organismo regulador que no esté subordinado a los bancos; promover la capitalización de las cajas municipales para que puedan fusionarse y crear bancos regionales; fortalecer el cooperativismo; que los fondos de inversión puedan competir en el crédito hipotecario; cambiar el código penal  que exonera a los bancos del delito de usura y el código de procedimientos civiles para modificar los plazos para contestar una demanda de ejecución de garantía hipotecaria.

Es imprescindible acabar con la república oligopólica que tiene el respaldo de los partidos políticos de izquierda y de derecha que están en el parlamento; son ellos los que pontifican sobre “el capitalismo popular” metáfora que encubre y justifica el espíritu tribal, la informalidad y el crimen organizado que convive con la bancocracia y los podridos. 

Reitero, sin una revolución social que primero concientice de que debemos cambiar nuestro destino y que es imprescindible organizar una coalición social que bote a patadas a los podridos nada vamos a lograr. Volverán en las elecciones a hablar de libre mercado, inversión, minería, educación, seguridad ciudadana, reforma judicial y todos sabemos que mienten y que son los mismos de siempre. Es hora de que los peruanos salvemos al Perú.

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