Opinión

La reina de la chatarra

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Por Carlos Rivera

Pedro Salinas ha dicho recientemente con espíritu audaz y desafiando a todo aquel que ose tocar a su venerable amiga (y comadre) Rosa María Palacios que “los mejores entrevistadores de este país son Hildebrandt, Jaime Bayly y Rosa María…” pechando a Milagros Leiva porque le dedicó algún cuestionamiento público en su programa de Willax  por tratar de interferir  (testimonio de Jaime Villanueva)  ante la ex fiscal de la Nación, Patricia Benavides sobre el caso de su querido amigo que le tira flores y a quien el fiscal Reynaldo Abia le ordenó un allanamiento el año 2022.

Como todo caviar Salinas inventa una hermosa coartada de convento y afirma que su entrañable amiga solo quiso compartir ese doloroso (como quien no quiere la cosa) hecho de hostigamiento con buena voluntad a lo cual no hay que buscarle delito alguno. En ese trance justiciero cayó también el venerable marques de los caviares, José Ugaz. El ex procurador se presentó en el programa de Milagros LeIva el lunes 26 de marzo aclarando efusivamente su curiosa presencia en  el despacho de Patricia Benavides. Reafirmó su “singular” pedido era por la “sensibilidad” de la denuncia de extorsión de su patrocinado   y ante la pregunta de la periodista si era uno de los abogados privilegiados este respondió tajantemente que no. Además, negó su amistad con Gustavo Gorriti. ¿Pero alguien que no tiene una confianza amical puede escribirle así?:

“En otra instancia rashomónica, Ugaz recuerda el consejo que le di cuando el congresista Jorge Mufarech, que lo acosaba y atacaba permanentemente, lo citó a la comisión de fiscalización. Le sugerí recusar a Mufarech, cosa que Ugaz recuerda bien, pero luego añade que “Gustavo Gorriti […] me sugirió que yo guardara la calma y actuara lo más respetuosamente posible”. Lo que le sugerí, como le recordé en la presentación del libro, es que actuara irrespetuosamente, puesto que la gente acostumbrada a intimidar, como Mufarech, confunde respeto o cortesía con sumisión. Cuando yo fui a mi turno convocado por esa comisión, ataqué desde el comienzo a Mufarech y sus aliados.”(IDL-Reporteros, “Caiga quien caiga”, Gustavo Gorriti,10 de julio,2014).

No sean malpensados, suspicaces de la cloaca derechosa que todo lo ve mal porque si Gorriti y todo el equipo del IDL van a la Fiscalía (o toman notas desde sus oficinas) es con el noble arrojo de sus buenos oficios para corregir a tanto tinterillo del Ministerio Público que no sabe hacer su chamba.

Los caviares no pecan, no cosquillean con la corrupción, son los iluminados de la verdad y la suprema razón. Fueron hechos con la ética de Kant, el racionalismo de Descartes, la mansalva de Pol Pot, el explosivo sentimentalismo del Che Guevara, el inmaculado discurso de la Teología de la Liberación (marxismo, teología y cumbia chacalonera) y con los matices de algún modista discípulo de Andy Warhol (véase sus pashminas y   bolsitas neoindigenistas  que cargan siempre). Si alguna torpeza se les puede descubrir en sus actos no son más que clamorosas lamentaciones por el destino del pueblo. Como los apóstoles que dudaron de la divinidad de Cristo, pero extendieron su fe por el mundo.  Los caviares pagan pecados con su estoicismo factico por el bien común. Pero esta es una breve historia sentimental de Rosa María y no la de estos seres santificados con la inteligencia sobre sus miraflorinos hombros a quienes la injusticia les “hinca el hígado” (Pedro Francke, dixit).

Rosa María pertenece a esa noble camada de seres que nos venden el cuento de ser liberales o de centro. Pueden hablar del mercado o las bondades del sistema, pero acompasan sus discursos con el 99% de lo que piensa la izquierda, su onda cultural y derechos de avanzada. Nunca enarbolan los principios liberales o citan a Friedrich von Hayek , Ludwig von Mises o Milton Friedman ni están al día en los debates  de Juan Manuel Rallo o las proyecciones latinoamericanas  de Axel Kaiser. Su liberalismo es ramplón utilitarista, provinciano, mercantilista y cree que el Estado debe ser fortalecido con las novedades de la progresía mundial que viene con agenda de la ONU. Entonces repite junto a los mismos politólogos y analistas (que también son caviares) el San Benito de las reformas y razona así: “¿qué hacemos si el sistema de justicia no satisface las necesidades de los ciudadanos?”. “Pues lo mejoramos, caray” responde con severa autoridad de una teórica de Harvard. Su horizonte de esquina le permite decir cosas como esta:

“La élite peruana está muy inteligente, preparada para hacer dinero. Pero es profundamente inculta, no leen un libro de historia, no van a un museo, no leen una novela de Renato Cisneros. No se conectan con nada que sea arte, cultura, historia o humanidades…” (“Sálvese quien pueda”, 10 jun 2023). Uno que quiere hacerle un perfil de sus destrezas con la retórica, los remates de sus artículos, o el rigor de sus argumentos clavados en la profundidad de un supremo razonamiento, pero cae en una repentina compasión cuando se evidencian estos auxilios de medianas almas titiritando sus egos fantasmales.

Rosa María es tan bruta que cree que nuestros congresistas de derecha (Cavero, Muñante o Adriana Tudela) no deben alegrarse por la llegada de Milei a La Casa Rosada porque son conservadores y no auténticos liberales. Milei es pro familia y está contra las injerencias de los discursos feministas y del LGTBIQ en las políticas de gobierno (por ese eliminó el Ministerio de la  Mujer y el lenguaje inclusivo de las comunicaciones oficiales) y eso lo haría más afín a partidos como Vox en España o referentes como Rafael López Aliaga en Perú o Bolsonaro en Brasil. Sino vean la enorme felicidad de Milei al saludar al ex presidente norteamericano Donald Trump en la conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) anual, organizada en National Harbor, Maryland, Estados Unidos a comienzos de este año. Lo importante es su visión económica liberal (anarcocapitalista y que el reconocido Jesús Huerta de Soto aplaude con orgullo tal distinción de su prestigioso discípulo) que consolida un norte de verdadera libertad económica para ir creando confianza y seguridad en un país devastado por el kirchnerismo y su infernal estatismo. Milei no es dogmático por eso es amigo de Agustín Laje como de Gloria Álvarez.  Rosa María se alucina liberal pero es totalitaria, burlona, grosera con sus invitados cuando no coinciden con sus explicaciones.

La naturaleza caviar y católica de Rosa María Palacios la acerca a los académicos de la PUCP o lo chicos del IEP que cultivan con esforzado rigor el odio al fujimorismo (aversión a la que cual han bautizado  como simplemente justicia). Ese odio es compartido con todas las vertientes de la izquierda porque nunca podrán llegar a ser un partido que a pesar de todo ostenta una presencia política gravitante en los últimos 30 años. El gran sueño de estos patricios de la democracia es verla a Keiko en la cárcel y que su partido desaparezca para siempre del sistema electoral. ¿Por qué el pueblo no los quieres si son tan regios? Si el asesino de Antauro disputa la segunda vuelta en el 2026 con la lideresa de Fuerza Popular estamos completamente seguros que le inventarán acuerdos democráticos al etnocacerista, dirán que a pesar de ser un verdugo tiene una idea integradora. Saldrá la historiadora Cecilia Méndez aplaudiendo la representación de un verdadero y olvidado Perú entrelazando la idea de nación desde los discursos militares y tratando con suavidad a quien alguna vez llamó un “criminal convicto” y  que  representa el clamor de una nación  que se desangra y quiere integrarse al Estado que lo marginó por 200 años.  

De liberal no tiene nada, pero sí de izquierdosa, cucufata y servil al discurso del reformismo progre.   Por eso llega al éxtasis cuando entrevista a Susel Paredes o Flor Pablo y es casi una orgia cuando tiene enfrente a Marisol Pérez Tello quien también fungía de conservadora, pero siempre fue una arrimada de la tecnocracia de la izquierda y sus voluntades; por eso el mismo lenguaje(reforma, meritocracia, modernizar, transversalidad) y una perorata que nunca soluciona las falencias del Estado pero quedan bien para pasar una entrevista con otros periodista caviares como Chincha, Mávila Huertas o Juliana Oxenford.  A pesar de haber trabajado para un fujimorista convicto y confeso como Juan Carlos Hurtado Miller y haber sido asesora de Alberto Pandolfi, pero como Carlitos Way huye de su pasado y ha pagado el precio de su camuflaje haciendo pasar por agua tibia las tropelías de la izquierda. Tal vez no fue una fujimorista militante de partido, pero sus referencias laborales revelan que si la chusma (de la cual dice ser distante o discrepa de sus actuar democrático) le paga un sueldo no hay problema. Hay que pasar por caja. “La grandísima concha…”* de algunos.

Rosa María ostenta dos vicios que son un delicioso coctel criminal capaz de todo. Es abogada y antifujimorista. No se le conoce mayores referencias como penalista, una destacada constitucionalista o tributarista o de alguna extensa área del derecho. Es una diletante de la cultura abogadil (un poco de acá otro poco de allá, ahora picamos un código, una ley y listo) con pretensiones de jurista. Por eso sus visiones de la constitución o de los procesos penales o sus conocimientos del Estado peruano son ociosas generalidades de sentido común con pretensiones de autoridad, pero sin conocimiento sólido desde teorías o debates epistemológicos, pero eso si expresado con una voz socarrona, de mujer de leyes y desglosado desde un arcaico reglamentarismo.

Por ejemplo, cuando ganó PPK en el 2016 le dedicó un cherry desde su columna en La República (10/07/2016) y luego intenta un llamado a la conciencia desde la misma tribuna (La República, 17 07/2016) por la sacrificada labor que cumplirán los futuros ministros. Sacó cuentas de las pensiones que pagarán en universidades y colegios bilingües, mantenimiento de sus hogares, etc. Nos dijo la periodista que los 18 000 mil soles no alcanzaban a cubrir dichos gastos. Líneas más abajo casi invocando cierta compasión pública anota:

“Conozco a los 8 de los 19 ministros. Personas muy inteligentes, competentes, honradas y la mayoría apolíticas. Están aceptando el encargo sabiendo que van a quemar sus ahorros por el tiempo que dure el encargo. Algunos pueden aceptar porque no tienen cargas de familia o tienen pequeñas rentas de alquileres o dividendos que les permite el Estado mantener. Pero la mayoría, el sacrificio económico es absoluto porque el trabajo es a dedicación exclusiva…” (Véase también la edición 15 al 21 de julio del semanario Hildebrandt en sus trece, p17.).

De ser una periodista independiente a ensayar luego sus virtudes de analista para asesorar la campaña de PPK y justificándose con un patetismo que sorprende:

“No me gusta involucrarme directamente con políticos en campaña porque suele prestarse a todo tipo de malentendidos, que te pasas años explicando. Pero le pregunté a un buen sacerdote amigo con el que me encontré el miércoles que debía hacer. ¿Debe un periodista cruzar la línea que la distancia ética  impone respecto a un político? El sacerdote me dijo: “vaya, hágalo por la patria”. Y fui, en el convencimiento de que no estoy ayudando a PPK sino a una causa, que espero triunfe, porque la alternativa afectaría severamente los derechos y libertades de todos los peruanos”. (RPP,30/05/2016).

Sus camaradas caviares saben que es racista como una de las viejas pitucas del caricaturista Alfredo o las regias amigas de La China Tudela en impecable ejercicio de sus caderas sandungueras ante un cholo calato (Humareda,dixit) protestando. Aquí unas perlitas:

“Yo soy abogada, igual que usted. La única diferencia entre usted y yo es que yo fui a una universidad licenciada”.

(Respuesta al fiscal Germán Juárez Atoche-30/11/2020).

“Esta es una pregunta bien tonta, pero como para ama de casa”

(Entrevista con el economista Jorge Gonzáles Izquierdo-14/09/2020).

“El afán de lucro mueve al mundo”

(Opinión sobre el convenio del gobierno de Vizcarra con las clínicas privadas-14/04/2020).

“No contactados…”

(Burlas de Rosa María Palacios y Pedro Cateriano al FREPAP).

“Se ve horrible, pero se puede limpiar” 

(Tuit sobre el derrame de petróleo de la empresa Repsol ocurrido el sábado 15 de enero del 2022 en el mar de Ventanilla).

Rosa María funge de pitonisa y nunca ha acertado en nada. Pataleo con la firma de las agendas de Nadine Heredia, el indulto de PPK o sus ingenuas profecías del acontecer político.  Entonces cuando toma un hecho lo desmenuza desde sus fobias, sus antipatías y ojerizas y sobre todo desde la soberbia (soberbia de abogado que cree poder entenderlo todo). Por eso no las sustenta con el cruce de data, no sistematiza opiniones de expertos de otras orillas ideológicas o de pensamiento sino con su acostumbrado ramillete de amigos como Salinas, Gorriti, Cateriano y Rodrich donde se tiran elogios y muecas presuntuosas y todo va de maravilla.

En noviembre del 2015 fui a verla al Colegio de Arquitectos de Arequipa donde participaría junto a David Lovaton (abogado de la PUCP) y el decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica San Pablo –en ese entonces-, Rafael Santa María D’angelo. Era un evento organizado por la Asociación Civil Transparencia. El auditorio estaba repleto y la prensa ansiosa por sonsacarle algunas declaraciones a la invitada de “lujo”. La mañana estaba tibia, la gente oía con atención las intervenciones de la mesa que fueron zalamería pura sin ningún punto de discrepancia.  Cuando ella habló pensé encontrar en su alocución alguna fibra de conocimiento, un registro audaz  de conceptos, pero me fui con la incertidumbre de un día perdido como cuando uno va a la cachina por alguna máquina que aun sea útil, pero acaba llevándose pura chatarra o como  cuando uno lee una novela de Renato Cisneros y no percibe la sabiduría entrar por la ventana bañando nuestro ignorante cuerpo.

* “La grandísima concha de la SUNAT” Titulo del artículo de RMP publicado el 24,04,2015.

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