Por Márlet Ríos
Ha aparecido entre nosotros Momentos mágicos (Metanoia Editores, 2024), segundo libro del poeta y docente Luis Díaz. El primero fue Vórtice y salida (2020). En plena época posmoderna, dominada por la desesperanza y la angustia, es necesaria la poesía que enarbola la parresía y la asertividad como virtudes, para acercarnos al otro sin un despliegue de violencia simbólica (o poder). Como señala el gran poeta norteamericano Lawrence Ferlinghetti, en “Manifiesto populista”, es “tiempo de comunicarse con todos los seres sensibles”. Por consiguiente, se trata de poemas muy lejos de la pretenciosidad que domina a la última poesía peruana.
La gran mayoría de los poemas que conforman Momentos mágicos tienen como objeto poético a la mujer deseada e idealizada. No obstante, el principio del placer y el erotismo pleno están esbozados en poemas como “Los amantes” (no le pueden llamar amor al amor) y “Lo nuestro” (nuestras manos en la piel dibujan cartas náuticas). El primero nos remite, inevitablemente, a la pareja de amantes de El último tango en París. Por otra parte, la suprema claridad y el subjetivismo afirmativo van de la mano en “Mañana poética”:
Nadie ama tanto la lluvia como yo,
nadie la espera pacientemente
con fe inquebrantable,
porque sus gotas le resultan a mi corazón
un bálsamo, una medicina, frescura
y a mi ser interior le es
renuevo y purificación.
El libro está soberbiamente editado y tiene el prólogo del gran poeta piurano Marco Martos. Como dijo una vez el inolvidable Antonio Cisneros: “El poema es lo único que puede transmitir lo inefable”. Luis Díaz transita por el difícil camino de la poesía y se aleja de lo pretencioso y fútil. Enhorabuena. Hacemos votos para que el lampo lo acompañe siempre.