Opinión

La persistencia de una visión: Acción Popular, crisis y oportunidad

“Belaunde no está muerto, está soñando con el Perú”

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Por Iván Budinich Castro

En medio de la debacle institucional cada vez más profunda de la sociedad peruana cuyas raíces contemporáneas pueden rastrearse hasta la maquinaria antipartidos impuesta por el nefasto SINAMOS de la dictadura velasquista, las organizaciones políticas que vienen desde la segunda mitad del pasado siglo XX han sufrido duros reveses en cuanto organización e imagen pública.

El caso de Acción Popular es particularmente lamentable, llevando ya un lustro sin tener una dirigencia reconocida, con horribles rencillas internas entre facciones que han olvidado el arte de hacer política, es decir de establecer consensos para el bien común y se han embarcado en una lógica schmitteraana de conflicto  arriesgando así la esencia y la reproducción de la organización en el tiempo.

Gracias a la figura de Belaunde y los líderes que en su momento lo acompañaron el acciopopulismo se forjo con luces y sombras un espacio como la reserva moral del país en sus horas más oscuras, la transición de Paniagua acrecentó mucho más esta aura de decencia en el acciopopulismo que partir de las elecciones generales de2016 retomo el camino de ser una de las fuerzas políticas relevantes del país luego de años de relativo apocamiento que le toco vivir desde la elecciones del 2006 en adelante.

Sin embargo esas horas de relativo auge que llevaron a Acción Popular a la victoria municipal de Lima metropolitana en 2017 y más tarde a convertirse en la fuerza política más organizada del congreso, también atrajo enemigos de afuera que sintieron amenazada su presencia por el repentino revival acciopopulista y pusieron en pie sus maquinarias mediáticas para destrozar sin miramientos una organización ya quebrada por los líos internos.

El éxito también atrajo piratas dispuesto al abordaje del logo acciopopulista que sin la menor identidad partidaria se dispusieron al abordaje de la institución, para lo cual lamentablemente contaron con la presencia de traidores internos que contribuyeron a la situación de desprestigio en que hoy se encuentra la imagen de acción popular.

Sin embargo en medio de todo, a pesar de todo, esperando contra toda esperanza como solía decir el Dr. Paniagua en las horas de desazón cuando la democracia parecía una lejana utopía por alcanzar; la juventud no ha abandonado al menos no del todo al acciopopulismo. Hoy en día jóvenes de todo el Perú toman para si la bandera del Perú como doctrina y se atreven a compartir el sueño de Belaunde de una patria justa.

Esa juventud que el pasado 11 de marzo conmemoro un aniversario más de su fundación, es donde se encuentra el germen de una renovada Acción Popular para las futuras generaciones y por el bien de nuestra nación.

Acción Popular está en crisis, no la primera crisis de su historia, no es la mayor tampoco, pero nunca nadie había levantado el dedo acusador contra nuestra casa partidaria señalándole por corrupción. En lo inmediato o a futuro cuando tengamos una dirigencia debidamente acreditada, habra que deslindar responsabilidades y limpiar la casa de ratas que la infectan, habrá también que hacer el esfuerzo restaurar la honra de los correligionarios que puedan resultar injustamente acusados por tirios y troyanos en la sucia guerra que la izquierda caviar y la ultra derecha le han declarado al acciopopulismo. No es fácil, pero por el Perú habrá que intentarlo y dejar en el olvido la lucha fratricida que hoy envuelve a nuestra comunidad política.

El Perú necesita un horizonte, un sueño, una visión, y eso es lo que son Acción Popular y el Perú como doctrina, una mirada y un plan por  una mejor visión de nuestra patria, son por tanto hoy en día los jóvenes los llamados a retomar esta bandera y este sueño.

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