Por Tino Santander
Las elecciones del fin de semana pasado han significado la derrota de la izquierda y de la derecha; la inmensa mayoría de peruanos rechaza la fantasía izquierdista de una nueva constitución atestada de derechos sociales que serán papeles mojados en tinta. La globalización capitalista impone al Perú, el saber tratar con la inversión privada de manera inteligente para integrarnos de mejor manera a la revolución digital mundial. El programa de la izquierda ha sido incapaz de solucionar los graves problemas nacionales y oculta su pobreza programática con escándalos y mezquinas acusaciones políticas a sus adversarios.
La derecha, cree que todo seguirá igual después del domingo pasado. No se dan cuenta que la victoria de López Aliaga, es el rechazo de las clases medias al militarismo ramplón, a un candidato procesado por violación y homicidio. Los limeños no han votado por el programa neoliberal. En el Perú, no creen el cuento de que el mercado con su mano invisible proveerá riqueza y oportunidades a todos. Millones de peruanos rechazan la prepotencia empresarial y repudian la complicidad del Estado, con los grupos de poder económico.
Ha surgido una nueva oposición al sistema político, económico, y social; es una oposición pragmática que busca soluciones a los graves problemas nacionales; por ejemplo, democratizar el crédito para acabar con el monopolio de los cuatro jinetes del apocalipsis (BBVA, BCP, INTERBANK, SCOTIABANK) fomentando la competencia a través de las cajas municipales. El electo gobernador de Arequipa, Roel Sánchez, se comprometió a crear una banca regional que compita con el monopolio financiero y otorgar créditos a los emprendedores y ciudadanos a tasas de menos del 5% anual. Ahora, empieza la batalla por transformar la SBS, en un verdadero organismo regulador y no en un instrumento del monopolio financiero.
Las Mypes de todo el país se movilizan exigiendo rescate financiero, reactivar el programa COMPRAS MI PERÚ (textiles, calzado, metal mecánico, madera, etc.), democratización del crédito. Las mypes, son el motor de la economía nacional y generan empleo productivo. El gobierno no entiende que sin ellos la economía nacional puede colapsar, es imprescindible apoyar su movilización y plataforma gremial, porque, es la defensa del trabajo y la vida de millones de peruanos.
En Huancavelica, se consolida la victoria de Leoncio Huallany, que es una esperanza para miles de agricultores y emprendedores del centro del Perú, porque, se ha comprometido a crear un parque industrial en su región con energía barata y ecológica, para ello va a exigir al gobierno y al consorcio de Camisea, el tendido de un ducto de gas a la región, que promoverá la industria lanera, la minería, el tren, y la agroindustria. Además, de construir la carretera Chincha-Huancavelica, que ahora es una bicapa peligrosa y en mal estado.
En el Perú, se ha iniciado una revolución silenciosa, sin estridencias, sin amenazas de muerte, ni fantasías ideológicas, al margen de los políticos tradicionales e incluso del Estado, que me ha sorprendido. Las tribus peruanas, están armonizando intereses en medio de la informalidad, creando una clase dirigente incipiente que no le interesa la sórdida disputa de los politicastros de izquierda y derecha que son repudiados en todo el Perú.