Actualidad

La nueva cámara de maravillas: El pasado y el futuro

Published

on

En el pasado, la gente creía que ciertos tipos de música sonaban “a futuro”: a robots y viajes y paisajes extraños. Ese futuro no llegó, pero la música que lo anunciaba sigue entre nosotros y se ha convertido en algo nuevo…

En 1959, el trompetista de jazz Miles Davis grabó Kind of Blue. El álbum sigue en las listas de los grandes discos de la historia por las innovaciones que propuso. En el jazz importa siempre la improvisación: el modo en que los músicos van más allá de la composición original que interpretan y agregan sus propias ideas a medida que tocan; Kind of Blue es el primer gran ejemplo de jazz modal, un nuevo tipo de interpretación que permitió improvisar de maneras todavía más variadas y libres que antes. Davis señalaba el futuro.

A finales de los años sesenta, compositores como Wendy Carlos o Isao Tomita comenzaron a experimentar con los primeros sintetizadores, desarrollados en buena medida por el ingeniero Robert Moog.  Ellos (y otros, como la banda alemana Kraftwerk) fueron los pioneros de música electrónica. Una tendencia temprana de esa música era crear sonidos nunca antes escuchados: ambientes que sonaran a lo futuro, a las promesas del progreso que aparecían por todos lados en ese tiempo, o hacer versiones de obras pasado que sonaran a “nuevas”, como las adaptaciones para sintetizador de Carlos en películas como La naranja mecánica (1971). Ellos imaginaban el futuro.

A mediados de los ochenta, se pusieron de moda los videojuegos de 8 bits, llamados así porque los aparatos en los que se jugaban utilizaban procesadores capaces de almacenar, registrar, localizar y transmitir paquetes de información justamente en grupos de 8 bits. El más famoso esos aparatos fue el Nintendo Entertainment System (o NES), para el que se crearon juegos clásicos como Super Mario Bros. Como los procesadores de 8 bits no son muy poderosos, los juegos parecían más rudimentarios que sus equivalentes en las consolas tragamonedas de entonces, pero millones de personas se aficionaron a las imágenes pixeladas del NES… y a su sonido, muy similar al de los primeros sintetizadores. La música de 8 bits de los juegos convertía al futuro en presente.

En la actualidad, una comunidad de músicos de todo el mundo crea piezas de música de 8 bits: utilizando los procesadores ya antiguos, hacen piezas nuevas y también adaptaciones de obras ya existentes, que suenan un poco como la música de un juego para Nintendo y otro poco como Wendy Carlos, Isao Tomita o Kraftwerk. Un ejemplo es Kind of Bloop, un álbum que hace homenaje a Kind of Blue y en el que cada pieza del álbum, cada parte de improvisación de cada músico, es programada (reproducida) fielmente. La música de 8 bits une a muchos futuros y pasados distintos.

 

Comentarios
Click to comment

Trending

Exit mobile version