Por Tino Santander Joo
Mañana 23 de mayo, miles de familias de todos los conos de Lima metropolitana se movilizarán al Ministerio de Vivienda, para exigir agua y desagüe en sus asentamientos humanos. No es una marcha de apoyo al desastroso gobierno de Dina Boluarte, al contrario, es una demanda política de aproximadamente dos millones de limeños que viven en los cerros y desiertos sin servicios básicos, sin salud y sin educación de calidad.
Roberto Carhuancho Cárdenas, presidente de Coordinadora de los pueblos unidos de Lima Metropolitana (COGEPUL), lidera esta gigantesca movilización a la que nos hemos sumado militantemente diversos colectivos sociales, organizaciones femeninas y juveniles con el objetivo de que el gobierno represivo de Dina Boluarte y el congreso mafioso que preside el general Willians, escuchen el clamor de los peruanos.
Esta marcha está al margen de los partidos políticos representados en el congreso. La izquierda y la derecha están unidas en la corrupción y frivolidad. No les interesa los problemas de los peruanos. La degradación política ha llegado a niveles inaceptables; mientras el Congreso elige a un politicastro como “defensor del pueblo”. Los peruanos más vulnerables se movilizan contra el sistema.
Diez millones de peruanos no tienen agua, ni desagüe. SEDAPAL provee el servicio en Lima y es un botín de los partidos políticos que se disputan cada cinco años. Todos en campaña electoral prometen que la empresa proveerá “agua para todos”. Nadie cree en las promesas de los partidos políticos. La inmensa mayoría los desprecia y repudia.
Mientras el presupuesto del Congreso crece exponencialmente con la anuencia corrupta de todos los parlamentarios; millones de ciudadanos viven sin agua ni desagüe. La clase política gobernante no tiene justificación, no tienen perdón. Los medios de comunicación son eco de las sórdidas luchas por el poder administrativo de los partidos políticos corruptos.
Los sectores populares no entienden, porque los medios de comunicación no difunden los problemas sociales; perciben que la libertad de prensa es un negocio o un chantaje al Estado para obtener publicidad y la motejan de prensa corrupta.
Los peruanos están cansados de las imágenes de los politicastros acusándose mutuamente de corrupción. No hay semana que no se difundan actos de corrupción de los congresistas y gobernantes, Ninguno de ellos merece respeto o credibilidad. Son ellos, los que atentan contra la democracia y el Estado de derecho, son ellos lo que fomentan la violencia y la ira popular.
El Estado no tiene un plan de infraestructura. Nadie conoce los montos de inversión publica y privada en servicios básicos. Los gobiernos regionales, locales son ineficientes. Miles de obras paralizadas señala la contraloría. Nada funciona, todo son promesas. Vivimos agobiados por la corrupción, los desastres naturales, el dengue, y la clase política miente descaradamente.
Frente a esta dramática situación millones de familias están tomando conciencia de que hay que cambiar el país; segundo la única forma de lograr ese cambio, es haciendo una revolución social democrática; tercero, eso significa armonizar las diversas demandas regionales en una sola plataforma nacional. Estamos sobre diagnosticados, simplemente tenemos que organizar un gobierno que afirme las libertad en todo orden de cosas. La lucha de los peruanos de sin agua, es un hito de la insurrección democrática que estoy seguro cambiara el rumbo de la historia.