Quién podría negar que la Navidad, más allá de ser la festividad más relevante del cristianismo, se ha convertido en una de las celebraciones más importantes para las familias en casi todo el planeta. Es cierto que, por su origen formativo, la Navidad conmemora el nacimiento de Jesús de Nazaret, ya que «Navidad» proviene del latín tardío nativĭtas, que significa nacimiento.
Sin embargo, esta sagrada conmemoración de naturaleza religiosa, luego cobró otra dimensión; es decir, cada habitante del mundo le aportó un significado muy particular.
La paz, nunca encontró un mejor lugar durante Navidad. Pese a los conflictos militares entre algunas naciones, en Navidad siempre hay tregua.
Familias enteras, esperan esta fecha para reencontrarse luego de mucho tiempo. La Navidad es una fiesta para los niños; ellos se ilusionan con la Pascua y se juntan para jugar. Otros estrenan ropa nueva y durante Nochebuena reciben buenos regalos. Incluso, aún perdura la tradición de Papá Noel, como el gran productor de juguetes para niños.
La semana de la Navidad es mágica. Las rencillas quedan del lado, porque el mal humor y el desaliento sufren un receso. Incluso, las familias más pobres son más felices, a pesar de sus carencias económicas. Ellos gozan en la Navidad, porque permanecen juntos y disfrutan de lo poco que reciben. Así son de agradecidos con la vida.
Sin embargo, la Navidad durante la contemporaneidad, también encontró un lado trivial, acorde a la era del “consumo”. Bajo dicha perspectiva, todo aquel que quiera gozar de la Navidad, tendrá que comprar y comprar. Ellos estiman que los regalos no los trae Papá Noel desde la chimenea, y reafirman que las tarjetas de crédito son las que hacen el papel de “Santa”, o Papá Noel.
No por algo, surgieron personajes famosos en la ficción que odian la Navidad, porque para ellos, en el fondo, representa al embuste marketero que extrae dinero de los bolsillos de incautos. ¿Cómo olvidar al usurero Ebenezer Scrooge de la legendaria novela de Dickens? ¿Acaso el cascarrabias Grinch, desde su fría cueva no despotricaba del ambiente navideño que explotaba las ganancias comerciales?
A pesar de las visiones antagonistas —la magia en la Nochebuena existe—porque la Navidad es la única cosa, que une al mundo.
Por eso… una Feliz Navidad para todos.