La veterana arqueóloga Denisse Pozzi-Escot, hizo su aparición la semana pasada en el Museo Nacional del Perú, a pedido de la inamovible ministra de Cultura Leslie Urteaga, quien le ha dado el encargo de ser una especie de coordinadora provisional del MUNA, a pesar de ser la Directora del Museo de Sitio y Santuario Arqueológico de Pachacamac. Esta especie de doblete laboral sucede tras los apagones, inundaciones y el hurto de 220 baterías valorizadas en casi un millón de soles. Una canibalización sistemática al museo que vendría acompañada de la sustracción de pantallas de TV y tablets. Todo un escándalo que será motivo de una nueva investigación.
La llegada de Pozzi-Escot al MUNA fue una especie de remedo de la ministra Leslie Urteaga, debido a que también se convirtió en otra nueva gritona del Valle de Lurín. Según nuestra fuente, Denise Pozzi-Escot no sabe tratar a los trabajadores, atropella con sus gritos al personal de seguridad, limpieza, guías y otros funcionarios del museo, esa forma perversa de sentirse superior humillando a los trabajadores.
Si bien la denuncia del hurto de las 220 baterías se hizo de manera inmediata en la Comisaría de Pachacamac por el personal del MUNA, esta denuncia no habría gustado mucho a la sede central del Ministerio de Cultura, ya que evidenció la pésima gestión de la ministra de Cultura Leslie Urtega. Por este motivo se pretendería sacar del MUNA a un pequeño grupo que se atrevió de manera valiente y correcta a hacer pública la denuncia.
A estas alturas Pozzi-Escot se ha convertido en una mensajera —con ojos y oídos— de la ministra. Lo que nos preguntamos es ¿Acaso su llegada pretende bloquear las investigaciones oficiales en el MUNA? Parece imposible tapar el sol con un dedo, pero la preocupación se hace más relevante al tener conocimiento que desde la denuncia del hurto de las 220 baterías, no se ha hecho presente la Fiscalía. Los únicos que han regresado han sido efectivos de la Comisaría de Pachacamac, pero esto fue para atender el llamado del personal de limpieza de la empresa WELEV, quienes denunciaron el sábado pasado que en el MUNA no les pagan.
La empresa WELEV es representada por Tania Landa Castillo, esposa de William Zegarra, familiar de la presidente Dina Boluarte y recordado por ser parte del Club Apurímac. ¡Qué bonita familia!
(Columna publicada en Diario UNO)