Qué dirían los pensadores Tales de Mileto, Pitágoras, Sócrates, Platón, Aristóteles, Hipatia de Alejandría, René Descartés, John Locke, Jean Jaques Rousseau, Immanuel Kant, Friedrich Hegel, Auguste Comte, Friedrich Nietzsche, Martín Heidegger, Albert Einstein, Jean Paul Sartre y Michel Foucalt, si supieran que actualmente a través de un “bot” cualquier mortal podría obtener solo en segundos el postulado y/o teoría que a estos filósofos les tomó décadas de investigación.
Actualmente, con la Inteligencia Artificial se pueden resolver aspectos sociales, científicos,
económicos, políticos y de toda índole imaginable e inimaginable, sin el menester de la investigación y el estudio. Prácticamente, este nuevo paradigma del siglo XXI tira por la borda las ortodoxas premisas de los pensadores de la época de la Ilustración (siglo XVIII-XIX), que sostenían que el conocimiento humano combatía la ignorancia,
las supersticiones y la tiranía. La IA alimenta la ignorancia, la inmoralidad, el plagio y veta la investigación. Y en lugar de crear contenido inédito y de cosecha propia, a través de los “chatbots” suplantan la conducta humana de manera virtual superando al tiempo, porque la inmediatez es una cualidad muy preciada en esta práctica. Las “horas hombre” ya fueron desterradas y en su lugar generalmente ejercen la suplantación, el ataque informático, el espionaje, y todo tipo de delito tipificado en la tecnología virtual.
Actualmente, gran parte de millennials ven en la IA una forma más rápida y efectiva para resolver sus problemas, pero no solamente en el plano social o personal. En el ámbito corporativo podemos vislumbrar a cientos de empresas en el mundo que han despedido a sus trabajadores, porque su mano de obra ya no es necesaria, en comparación de la rapidez de la IA. En esa línea, el discurso que hoy empieza a hegemonizarse señala: “La IA es imprescindible para enfrentar un futuro inevitable, que se basa en la competitividad tecnológica”.
Prácticamente, nos están restregando en la cara que es el momento de oficializar a más estúpidos humanos que ya no deben pensar, porque pasarán a ser ‘robots tecnológicos. Actualmente, el uso del ChatGPT da caché; pero al mismo tiempo despoja a las personas de sus habilidades humanas y si ingresamos a un plano más abstracto, los convierte en ignorantes espirituales.
(Columna publicada en Diario UNO)