El martes 17 de octubre pasado, en horas cercanas a la noche, un cuerpo apareció en el río Chubut. El cadáver estaba ubicado muy cerca de la zona en donde la represión por parte de Gendarmería a miembros de la comunidad mapuche de Cushamen había arrojado como saldo la desaparición del joven artesano de provincia de Buenos Aires, Santiago Maldonado, quien había sido visto por última vez acompañado por oficiales de esta fuerza de seguridad.
El maremoto de noticias que confirmaban la identidad de este cadáver y aseguraban que era Maldonado se desató con la misma velocidad con que se impone un rumor: sin pruebas contundentes, medios como Radio Mitre (del Grupo Clarín) aseguraban que era Maldonado. Elisa Carrió, actual diputada por la Ciudad de Buenos Aires luego de salir victoriosa en las elecciones legislativas de este domingo, afirmó la noche del 17, con un desparpajo brutal, que ese cuerpo podría ser el de Santiago conservado por las bajas temperaturas del río “como Walt Disney”.
El día viernes 20 de octubre, luego de que el cuerpo fuera trasladado a la capital, la familia de Santiago Maldonado reconoció el cadáver y afirmó que era el del artesano desaparecido. Lo identificaron por los tatuajes. Horas después, los primeros datos de la autopsia aseguraban que no había lesiones en el cuerpo. Una nueva ola de comentarios se desataron, hasta el punto de que el día lunes 23 de octubre, la misma Elisa Carrió salió a decir que “inventaron un desaparecido”, sumándose a la multitud de personas que aseguran que todo lo sucedido es responsabilidad directa de la comunidad mapuche de la zona. Fueron ellos, en definitiva, si seguimos esta versión, los que le impidieron el rastrillaje pertinente a Gendarmería y los que ocultaron datos vitales en la investigación.
Las cosas no pueden estar más oscuras en la Argentina. Los comicios del domingo confirmaron la hegemonía del macrismo, ratificaron a personas tan deleznables como Carrió en posiciones claves dentro de la estructura de poder del oficialismo, y comenzaron inmediatamente a revertir la serie de reclamos y comentarios valederos en torno a la desaparición de una persona por 60 días. Las fuerzas de seguridad que pueblan el territorio llevan adelante prácticas terribles: el jueves 19 de octubre, dos policías mataron a un hombre a los golpes por no haber querido pagar una pizza en el barrio de Constitución. Ese detalle habla por la totalidad de una política represiva que, como sabemos por nuestra historia, va de la mano de una política económica de ajuste. No por nada, en breve, el presidente Macri anunciará los nuevos lineamientos políticos de su gestión.
Con la mayoría a su favor, el oficialismo puede perfectamente lavarse la cara luego de los terribles hechos sucedidos en Chubut y darle rienda suelta a su anhelado planteo de liberación del mercado y modificación de puntos clave de la seguridad social. A todo eso se le dijo que sí el domingo pasado, en la votación. Mostrando cuán frágiles y endebles son, en definitiva, algunos cuerpos para el medio pelo argentino.
