Guillermo del Toro se ganó mi atención con El espinazo del diablo y con El laberinto del Fauno, personalmente creo que en esas dos películas pude disfrutar de un cine provocador. Pero luego de ver La forma del agua, me di cuenta que fue un grave error otorgarle el Oscar como mejor película. Fue decepcionante ver una mala versión moderna de Romeo y Julieta.
La clásica historia de Shakespeare ha sido demasiado manoseada, dos personas que se enamoran, en este caso una mujer y un anfibio con harto látex, pese a sus diferencias, deciden amarse a escondidas y vivir juntos. En Romeo y Julieta, una serie de fatalidades provocan que la pareja escoja el suicidio como única alternativa antes de vivir separados el resto de sus vidas. En La forma del agua, a los dos les disparan en el final y la fantasía mal realizada hace que los dos terminen viviendo juntos el resto de sus vidas bajo el agua.
El amor y la típica tragedia mal copiada, es con lo que Guillermo del Toro se ganó un nuevo Oscar. Pero lo decepcionante no es solo eso, sino también las pésimas actuaciones de los principales actores, con excepción del actor Michael Shannon. Hay que señalar que la actuación de Shannon y la fotografía es lo único rescatable de toda la cinta.
Michael Shannon.
Cuando terminé de ver la película quise entender como un filme tan decepcionante ha sido premiado como mejor película. Hasta ahora no encontrado explicación contundente alguna. Quizá, los señores de la Academia de Hollywood quisieron darle un mensaje a Trump. (Viva México cabrones). Sin duda, una broma de mal gusto, que perjudicó a miles de personas que pensaron encontrar en el filme una buena historia cinematográfica, pero fuimos sorprendidos con cháchara hollywodense.
De nada sirvió los guiños cinéfilos en blanco y negro de Guillermo del Toro, al final como muchos otros, también me siento estafado.