Opinión

La farsa electoral de los podridos

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Por Tino Santander Joo

Los podridos se preparan para asaltar el poder. Aproximadamente cuarenta clubs electorales sin programas, ni ideas participarán en la farsa electoral del 2026. Muchas de esas organizaciones son financiadas por el crimen organizado que controla gran parte del territorio nacional. El narcotráfico, la minería ilegal, y otras organizaciones criminales tendrán representación en el parlamento, en los gobiernos regionales, y locales.

A la inmensa mayoría no le importa la política, porque, se ha convertido en una forma de vida de ladronzuelos y de falsos valores. El congreso no es un poder que defienda el Estado de derecho y la democracia; en el “primer poder del Estado” reina la demagogia, el populismo ramplón, y el servilismo a los grupos de poder económico. El odio y el desprecio que sienten los peruanos por los congresistas es malsano para la vida democrática, sin embargo, ni esas emociones detienen sus fechorías.

Los partidos políticos tradicionales no representan nada. El Apra, sigue de duelo y esta desvinculada de la realidad; Acción Popular, se ha convertido en una pequeña organización dirigida por congresistas mafiosos; el fujimorismo representa el alma del crimen organizado; la izquierda está dividida; sin embargo, surge el liderazgo de Rolando Breña Pantoja, que es lo más parecido a Alfonso Barrantes, su novísimo partido de “los trabajadores y emprendedores” se puede convertir en la plataforma que represente la diversidad de demandas populares y regionales.

Las organizaciones sociales, los frentes de defensa, las centrales sindicales están desprestigiadas y al margen de las aspiraciones populares. Muchas de ellas marchan con los gremios empresariales, otras, no entienden la lógica del capitalismo contemporáneo, ni comprenden la dimensión social y económica del país. El debate ideológico esta degradado por la corrupción de sus dirigentes, eso explica la explosión de organizaciones de aventureros y mesiánicos que buscan candidaturas por vanidad o reconocimiento social.

El fascismo criollo representado por Antauro Humala es más un espectáculo mediático que un peligro real. López Aliaga, ataviado de cilicio ha demostrado incompetencia en la municipalidad limeña. La política no genera ilusión, ni esperanza.  La inmensa mayoría silenciosa sabe que a los podridos no les interesa la educación y la salud pública, ni las tarifas altas, ni la calidad de las compañías de luz, telefonía, y agua.

La insurgencia democrática es la única posibilidad de cambiar el Perú. Las elecciones son una farsa para que todo siga igual, los peruanos sabemos que cualquiera que salga elegido será un mayordomo de los bancos que gobiernan el país. Nada cambiará; la minería será un enclave de prosperidad para pocos; el gas seguirá siendo regalado a precios viles al extranjero; la agricultura abandonada, y el puerto de Chancay estará al servicio de China y no del Perú; la refinería de Talara es una estafa como el aeropuerto de Chinchero, en Cusco. Las elecciones son un recambio de los podridos.

¿Qué Hacer? Primero, tomar conciencia de que necesitamos cambiar radicalmente el Perú; segundo, ese cambio no lo van a hacer los podridos de la política; tercero, la libertad económica y desmontar el Estado opresor y corrupto no se consigue a través de elecciones manejadas por los corrompidos del JNE y la ONPE; cuarto, es imprescindible una coalición popular para sacarlos del poder. Quinto, No vamos a acabar con la republica oligopólica conviviendo con la bancocracia. Solo una insurgencia democrática podrá hacer una revolución social que afirme la libertad económica. Queremos un poder del pueblo; pero no un poder efímero, que se pierda en un mar de palabras.

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