La extraña reunión de Flor Pablo, defensora de la Sunedu, con la presidente Dina Boluarte para pedir la cabeza del ministro de Educación
Una reunión sorpresiva y fuera de agenda con un tono de conjura contra un Ministro que dijo algo razonable: que la Sunedu no es una entidad divina. Aquí los entretelones de una cita cuestionable.
Tras el dictamen del Tribunal Constitucional que señala que debe entrar en efecto la Ley 31520 que reformula a la Sunedu, la congresista Flor Pablo activó un lobby, que más parece una conjura, para tratar de mantener el estatus de intocable de la institución que, en los últimos años, ha tenido el control de la educación universitaria.
En la Comisión de Educación del Congreso, presidida por Gladys Echaíz, se viene analizando el real accionar de la Sunedu y de su Superintendente Oswaldo Zegarra Rojas, a fin de tener un cuadro de situación real sobre el control que se ejerce sobre las universidades. No obstante, el superintendente Zegarra se negó a asistir a dos convocatorias como si no tuviese la obligación de exponer su trabajo.
A ello se suma que, apenas el nuevo ministro de Educación, Óscar Becerra, diera una razonable declaración señalando: “Tenemos que apoyar a la Sunedu, pero no debemos apoyarla como si fuera un dogma o una revelación divina”, de inmediato se activó un plan en su contra, liderada por la congresista Flor Pablo para traerse abajo al mencionado ministro, sin importarle a la parlamentaria que no corresponde en este momento generar una nueva crisis ministerial.
Flor Pablo, es cabeza visible del diminuto Partido Morado —movimiento político cuyos integrantes han tenido el control de la Sunedu con los beneficios correspondientes— y es quien ha saltado de inmediato para pedir la cabeza del ministro de Educación. Sorpresivamente, el viernes 23 pasado, fue recibida en Palacio de Gobierno por la presidente Dina Boluarte como si el tema Sunedu fuese una prioridad tras las violentas asonadas que ha vivido el país y cuyos efectos aún no están del todo controlados, conforme ha declarado el ministro de Defensa.
Una reunión sorpresiva y cuestionable
En la sorpresiva y apurada cita del viernes 23 de diciembre, la presidente Dina Boluarte, cuya obligación es mantenerse neutral, recibió a los congresistas Flor Pablo (bancada Integridad), Jorge Marticorena (bancada Perú Bicentenario) y Karol Paredes (bancada Acción Popular) y en la reunión mencionó que empezaría a evaluar la permanencia del ministro Óscar Becerra. Significa que la mandataria Dina Boluarte estaría mostrando un sesgo a favor de la Sunedu.
Esta posición de la Presidente muestra un asunto muy serio por cuanto no puede estar admitiendo pedidos que nacen de quienes se oponen a acatar un fallo del Tribunal Constitucional. Guste o no, discutible o no, es un fallo que ha finalizado una controversia para dar vigencia a la Ley 31520 que recompone a la Sunedu. Si la congresista Flor Pablo quiere imponer sus deseos por encima de la ley, quiere decir que está tratando de mantener la enorme ilegalidad que existió en el gobierno de Pedro Castillo donde no se respetaba el sistema legal del país y se destruía la institucionalidad. Y si la presidente Boluarte va a aceptar que se cuestione un fallo del Tribunal Constitucional y se pida la cabeza de un ministro, sería retornar al caos del que el país acaba de salir.
Un aspecto que no debe perderse de vista es que la Sunedu no puede pretender ubicarse en un sitial de intocable. Como toda entidad ha tenido aciertos pero también ha tenido graves yerros y, sobre todo, su Consejo Directivo ha dado muestras de que habría actuado a favor de sectores empresariales con intereses en la educación y no ha tenido ninguna alternativa para atender a los 200 mil estudiantes a los que la Sunedu dejó fuera del sistema educativo privándolos de su derecho a la educación.
Nadie está en contra de los principios básicos de la Sunedu como institución, el problema es que, en su parte operativa, Martín Vizcarra y sus ex ministros, miembros de un gobierno investigado por presuntos actos de corrupción, convirtieron a la Sunedu en una entidad que es un bastión del Partido Morado y en el cual existen millonarias cifras de consultorías que deben ser investigadas.
Además, la Sunedu es una entidad que habría trabajó para crear un mercado que terminó favoreciendo al grupo Intercorp, dueños de la universidad UTP que cuenta con doce sedes en el país.
Por lo tanto, la pregunta central es la siguiente: ¿la congresista Flor Pablo actúa por principios educativos o en resguardo de intereses particulares? Y la presidente Boluarte le presta oídos ¿por razones educativas o por temores políticos?
Sí la presidente Boluarte Zegarra realmente quiere realizar reformas, tiene que empezar por admitir que un fallo del Tribunal Constitucional debe ser respetado por el principio de separación de poderes y admitir también que la Sunedu, al igual que cualquier otra institución, debe ser por lo menos fiscalizada en su accionar. En esa medida la propia Presidente no puede ir contra su propio ministro de Educación a pedido de la congresista Flor Pablo Medina y mucho menos pretender que la Sunedu ocupe un sitial cuasi sagrado.
El ministro de Educación, Oscar Becerra, no ha dicho nada indebido. Sencillamente afirmó lo que se afirmaría respecto de cualquier institución, sea o no la Sunedu, es decir, que será apoyada pero no como una entidad intocable. Es una decisión correcta. Por ello, la presidente Boluarte no puede estar realizando reuniones de urgencia para escuchar a una congresista pidiéndole la cabeza de un ministro al que hace unos días nombró.
La pregunta de fondo es: ¿Por qué insisten en que la Sunedu tenga un régimen de privilegio al punto de que deba ser intocable, casi como un dogma o una revelación divina? Existen varias razones que son materia de una investigación que iremos presentando.