Muchas mujeres pagan cuantiosas sumas de dinero para verse más arregladas o bellas, sin embargo, para las mujeres venezolanas eso se convierte tanto en una virtud como en una maldición, pues su agraciado cuerpo no solo atrae la mirada de los galanes sino también de la temible organización criminal ‘El Tren de Aragua’, viendo potencial en ellas para explotarlas sexualmente.
En diversos distritos de Lima un gran número de mujeres extranjeras, la mayoría con acento venezolano, caminan por las calles en búsqueda de algún cliente. Sus curvilíneas figuras y su juventud atrapan a decenas de hombres dispuestos a pagar por una noche de placer carnal.
Risso en Lince o el jirón Zepita en el Cercado de Lima, así como las calles aledañas a los centros comerciales Mall del Sur en San Juan de Miraflores, Mega Plaza en Los Olivos y Plaza Norte en Independencia, o las del Metro Hacienda en San Juan de Lurigancho, son algunas de las “zonas rosas” tomadas por esta banda criminal extranjera o alguna de sus facciones. Las jugosas ganancias que les deja la explotación sexual, incluso, los ha llevado a enfrentarse entre ellos mismos por la hegemonía.
De acuerdo a Ronna Rísquez, autora del libro El Tren de Aragua: la banda que revolucionó el crimen organizado en América Latina, justamente uno de los delitos más importantes para este grupo delictivo es la explotación sexual que está presente en varios países de Latinoamérica, incluido el nuestro.
“Es uno de los delitos más importantes que maneja el Tren de Aragua en Perú, Chile y Colombia. Se ha identificado a este último país como la base para la organización de las niñas, adolescentes y mujeres que son captadas para luego ser repartidas por varios países de América Latina para la explotación sexual”, mencionó la autora de nacionalidad venezolana para Infobae.
Los certámenes de belleza, la excusa perfecta para contactar hermosas mujeres
Según una reciente investigación de Rísquez y otras periodistas, publicada en El Espectador, la imagen de las adolescentes y mujeres venezolanas paradas o caminando por las calles de Lima, Bogotá o Santiago solo serían la parte final de una bien estructurada red de trata de personas que inicia, muchas veces, en concursos de belleza.
“Algunos de estos concursos son utilizados para captar a cientos de mujeres y niñas venezolanas, trasladadas como ‘mercancía’ a lo largo de América Latina por redes de trata. El Tren de Aragua lidera esta estructura de explotación sexual que sale de Venezuela y en su recorrido hace parada en al menos diez estados del país”, se lee en el informe.
La banda criminal organiza estos concursos, que promociona por redes sociales o anuncios en clasificados para captarlas. Las chicas que quedan en los primeros puestos reciben como premios dinero en efectivo, celulares de alta gama u otros objetos de valor. En medio de la crisis económica que afronta ese país muchas de ellas creen que su belleza puede mejorarles en algo su calidad de vida. Muchas veces, como en este caso, el dinero fácil y la fama son solo la puerta de ingreso al inframundo de la trata de personas.