Actualidad

LA EDUCACIÓN PERUANA: UNA BREVE MIRADA

Published

on

El Perú padece problemas tan complejos y diversos de ardua solución para el gobierno y el Estado en general. Uno de ellos es la innegable crisis de su tormentoso y efectista manejo de la educación pública. Despertar la pasión por la lectura es una tarea ilusoria, y desde luego vaga, en una sociedad inflada por la alienación extranjera: sus modas y hasta costumbres.

El joven promedio peruano no vive a la expectativa de la última novela de Philip Roth y su nombre seguramente le parece tan raro y lejano como escuchar el reino de Bután. Pero para él no es remoto saber en qué fecha sale a la venta el último disco de Madonna. El estudiante peruano no se apega a la influencia cultural anglosajona y europea, que desde luego es muy vasta, rica y dispersa. El estudiante peruano, solo se apega a las modas: como ropa, música, costumbres y formas de vivir. Y por lo general el joven de la ciudad, se ve separado, rancio, como la mirada incipiente de un extranjero hacia las tradiciones o idiosincrasia cultural del hombre andino.

Ahora el gobierno ha puesto en marcha una nueva reforma educativa, la que tiene en jaque a los profesores. ¿En qué consiste esta reforma? ¿Cuál es su fin o misión? Responderé brevemente estas interrogantes: consiste en evaluar a los docentes en una serie de exámenes y en clasificar a los buenos educadores. La idea no parece del todo mala. Si la finalidad es mejorar la educación, existe un problema: los profesores no están capacitados para responder el mencionado examen.

Cómo un docente ganando un sueldo que apenas le alcanza para sobrevivir puede comprar libros, material didáctico, asistir a congresos y empaparse de todo ello para responder dicho examen.

“La educación es lo menos material que existe, pero lo más decisivo para el porvenir de un pueblo”, dijo el gran escritor argentino Ernesto Sábato. Hermosa frase que nos hace reflexionar con respecto a este tema y valorar la educación, tan maltratada en nuestra Patria.
En la década de los 80, recuérdese la decadencia que dejó el primer gobierno del señor Alan García. No sólo en educación, sino un cataclismo en todos los sectores. Pues en esa década nombraron a diestra y siniestra a profesores sólo con tener estudios concluidos de secundaria.

Seguramente pensaron que para enseñar a leer a un niño se necesitaba estar enterado de pequeñas cosas. Pensamiento brutalmente nefasto y arrogante, ya que para sembrar una semilla y que bote buenos frutos se requiere de conocimientos de amplios horizontes. Y ahora el gobierno pretende tomar exámenes a estos docentes añejos. Algunos valerosos no se quedaron anclados o sucumbidos con los saberes que sus profesores les dieron en el colegio y haciendo esfuerzos terminaron en institutos y universidades sus carreras de maestros.La nueva reforma educativa tan sólo busca desestabilizar a los docentes, ponerlos en situaciones poco felices y no ayudar con ello a que cambie la educación. Para que haya un cambio, debemos cambiar no sólo a maestros, sino a ministros, congresistas, presidente y compañía. Ya que no es el inteligente el que gobierna, el inteligente está en sus laboratorios, en sus bibliotecas, escondido. Buscando tal vez la cura para el cáncer, mientras un grupo de bajo rendimiento intelectual decide nuestro porvenir, como ha sido siempre.

Comentarios
Click to comment

Trending

Exit mobile version