Opinión

La educación en Finlandia: secretos y pilares

Lee la columna de Marisol Verónica Giordano Silva

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Por Marisol Verónica Giordano Silva (*)

El sistema educativo finlandés es uno de los mejores del mundo. Finlandia es un país de Europa del norte que tiene alrededor de seis millones de habitantes y limita con Suecia, Noruega y Rusia.  Helsinki es su capital.

En Finlandia las escuelas están rodeadas de áreas verdes y jardines, buscando equilibrar la nieve que existe en una gran parte del año. En las escuelas no se necesitan grandes cercas ni gruesas paredes porque los niños saben que no deben de salir del recinto educativo.

Los alumnos no usan uniforme, sobre todo en primaria. Hay una zona del aula que se denomina “lugar sin teléfono”, otra área es para el aparcamiento de bicicletas y patines.  Los niños ingresan descalzos al aula, solo con medias. El 97 por ciento de los colegios de Finlandia son del Estado y la enseñanza es verdaderamente gratuita, al alcance de cualquier familia.  Ningún niño se queda sin escuela en ese país europeo.

Sobre estos pilares se erige la pedagogía finlandesa.  Además, su currículo se basa en las competencias transversales, antes que en la materia o los cursos en sí. En estas competencias transversales están las reglas de oro del trabajo educativo finlandés en equipo: Escuchar a los demás y comunicarse bien; no dejar de lado a los compañeros del aula; concentrase en el trabajo; llegar a tiempo a clase; respetar las opiniones de los demás; tomar decisiones colectivas y democráticas.

Esto es así y se inculca a los escolares desde la niñez para que cuando el infante y adolescente crezcan sean personas cabales, ciudadanos íntegros que exigen derechos porque antes cumplieron sus deberes. El niño a partir del 5to grado de primaria empieza a aprender matemática y antes del mismo grado no tiene evaluaciones. A los padres se les informa continua y detalladamente acerca del avance educativo de sus hijos.

Un elemento importante del currículo es la autoevaluación. Es decir, el alumno toma conciencia de su propio aprendizaje, siendo el mismo estudiante quien se evalúa constantemente frente a cada materia porque así se da cuenta desde dónde parte, cómo avanza y qué cosas más tiene por aprender.

Otro pilar clave dentro del aula es que existe mucha honestidad entre el maestro y el alumno, y viceversa. Así, con cada logro en el trabajo escolar, al estudiante se le asigna un objetivo más, pero hasta el 5to grado no se le pone notas, pues el sistema pondera la autoevaluación y la convivencia  con los demás, valora la interacción maestro-alumno que debe basarse siempre en la honradez.

El sistema educativo finlandés no fomenta la competencia individual, no promueve la individualidad por encima de los demás. Pero sí se promueve el desarrollo personal dentro del marco del trabajo en equipo. De esta manera, en el aula los alumnos tienen muy claras las siguientes preguntas: ¿Escucho las instrucciones del profesor?; ¿participo positivamente con mi grupo?; ¿respeto a los demás?; ¿cuido mi material educativo y el de la escuela?; ¿participo en la clase?; y ¿respeto el turno de la pelota?

No deja de ser puntual y necesario destacar el hecho de que, en la escuela de Finlandia, no es costumbre que una persona cuando está hablando sea interrumpía por otra al mismo tiempo. Nadie habla por encima de su interlocutor. Se respeta el turno para expresarse dentro del aula. Otras preguntas que son parte de la actuación diaria de los escolares en el aula finlandesa son: ¿Sé expresar mi opinión?; ¿acepto las decisiones de mi grupo?; ¿lo he conseguido?; ¿necesito mejorar?; y ¿no lo he conseguido?

Sobre esta base, Finlandia ha tenido una buena participación en las pruebas PISA porque se aprende en un ambiente donde se tiene presente las siguientes ideas fuerza:

-Somos amigables con los demás.

-Intento y soy perseverante.

-Respetamos que todos somos iguales.

-Escuchamos al profesor.

-Se puede cometer errores, pero se puede mejorar.

-Tratamos con respeto a las personas y los bienes de la escuela.

Es importante anotar que los niños con necesidades especiales hacen la clase junto con los demás niños y tienen actividades de consuno. En concreto la escuela refleja la esencia de la cultura nórdica y en particular de los finlandeses, porque tienen mucha confianza en su sociedad.  Un finlandés confía en otro finlandés, no piensa en sacarle la vuelta a su sociedad. Confían en que todos van a respetar la convivencia social y sus reglas. Esto implica también que se confía en el gobierno.

El ciudadano que tiene un hijo en Finlandia tiene la ayuda del Estado, que le otorga descanso laboral para que esté más cerca, precisamente, de su hijo. Por eso hay permisos laborales coordinados y alternados para el padre y la madre, todo esto gracias a los elevados conceptos y mecanismos de su seguridad social. En Finlandia prácticamente no existen escuelas privadas.

Los niños ingresan a la escuela a las 8:30 am y salen de clases a las 2 pm. La clave en esas horas de trabajo son dos ejes: el respeto a los valores y el respeto a los profesores, que son los profesionales considerados con mayor prestigio en el país. Es decir, los maestros socialmente son muy reconocidos.

Si bien el profesor está mejor pagado en comparación con otros países, lo esencial de su prestigio no pasa por su situación socioeconómica sino porque la carrera de Educación está más valorada desde la universidad y son los universitarios más talentosos quienes van a la carrera de pedagogía.

La sociedad finlandesa respeta y admira mucho a sus profesores porque enseñan, porque son guías importantes y porque promueven la lectura y generan el hábito por las actividades culturales en la comunidad, liderando o promoviendo, por ejemplo, que los padres de familia, los vecinos y el público en general acudan a las bibliotecas públicas los fines de semana. Esta forma de ver las cosas, de cara a la mejora continua de la educación en la comunidad, es un valor diferencial frente a cualquier otra sociedad. Es una fortaleza que se transmite de generación en generación, de padres a hijos.

El eje de la educación finlandesa es la buena actitud, la buena conducta, los valores y el respeto a los profesores, ya que estos son los mejores alumnos en las universidades, los que tiene mejores notas y más habilidades, pues para ingresar a la carrera de educación deben superar pruebas difíciles, a la par de poseer un liderazgo innato o adquirido, una aptitud comunicativa, una buena base lógica y matemática; y son los más conscientes sobre la importancia de la excelencia en todos nuestros actos.

Y los profesores de Finlandia tienen que ser así porque ellos son los que enseñarán a los niños a pensar, a hablar, a leer, a debatir democráticamente, a tolerar y negociar. Consideran y son conscientes que, prácticamente, todo lo bueno de una sociedad nace del aula y si esto se hace en equipo, todo será mucho mejor.

Para profundizar sobre la temática expuesta te dejo el siguiente enlace web: https://www.youtube.com/watch?v=aJuJLG64ToQ. Agradezco a la Revista Lima Gris por su liderazgo informativo y su especial incidencia en la educación y la cultura en el país.

(*) Doctora en Gestión Pública y pedagoga (mvgiordano0313@gmail.com)

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