La Depresión es una causa importante de discapacidad, e influye de manera desfavorable en la evolución de otros procesos de enfermedad. Se conoce además que es la segunda causa de muerte en la población de 15 a 29 años.
Asimismo, puede desencadenar muchas veces el consumo de alcohol y otras sustancias.
La depresión muchas veces se manifiesta con ánimo triste y otras veces con irritabilidad. Produce un menoscabo en el rendimiento laboral, académico, personal, social, del cuidado personal y afectivo; se manifiesta con reducción de actividades, aislamiento, pensamientos catastróficos y de minusvalía.
Se ha demostrado que los niños que presentan estrés o enfrentan situaciones difíciles, por ejemplo abandono, no satisfacción de necesidades fisiológicas y sociales para su edad, tienen riesgo incrementado de presentar depresión y desórdenes de ansiedad. Por tanto, un ambiente familiar adecuado, con relaciones suficientemente armoniosas entre sus miembros, donde el niño se sienta protegido y atendido, reduce el riesgo de desarrollar depresión a lo largo de la vida. Un planteamiento al respecto es modificar, es decir incrementar, el tiempo de licencias de maternidad y paternidad para garantizar por más tiempo un soporte a los niños pequeños.
Mencionamos líneas arriba que la presencia de la Depresión influye de manera desfavorable en otros procesos mórbidos, señalaremos por tanto, aspectos a tomar en cuenta.
El antecedente de depresión incrementa el riesgo de desarrollar una enfermedad coronaria, padecer un infarto agudo de miocardio, y de fallecer por causas cardíacas.
La depresión acompaña en un porcentaje variable a las personas que padecen de cáncer, cuanto también a sus familiares. El tratamiento oportuno brindará la oportunidad de que el paciente oncológico se adhiera y continúe su tratamiento.
En casos de fibromialgia, se estima una prevalencia de depresión que varía entre el 40 al 60 por ciento. La presencia de un desorden del estado de ánimo incrementa el deterioro funcional, disminuye el umbral del dolor, por tanto el paciente padece de manera más intensa los dolores por la fibromialgia.
Cuando la depresión aparece en la tercera edad, incrementa el riesgo de padecer deterioro cognitivo y demencia. Tener en cuenta además que en Enfermedad de Alzheimer la depresión puede estar presente entre un 40 a 50 por ciento de los que padecen dicha enfermedad.
Está demostrado que la presencia de depresión incrementa el riesgo de aparición de cuadros de diabetes, comparado con la población general. Además un porcentaje entre 20 a 30% de paciente diabéticos cursan con depresión, lo que influye negativamente en la evolución del cuadro endocrinólogo y adicionalmente reduce la posibilidad de adherencia al tratamiento.
Por tanto, las medidas preventivas para la depresión, podemos decir que se dan desde los primeros años de vida, continúan a lo largo de la vida procurando ambientes armoniosos, tanto en los estudios, en los establecimientos de trabajo y familiares.
Identificar la depresión, reducirá la posibilidad de que aparezcan otras enfermedades; o en el caso de que ya se padezca de una enfermedad, que está no evolucione desfavorablemente, tal como hemos mencionado.
El tratamiento de la depresión corresponde a un equipo de profesionales, entre ellos, los psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales. El tratamiento oportuno ayudará no sólo al que padece de depresión, sino a la familia.
Es importante que en la lucha contra la depresión estemos atentos a ayudar a nuestros semejantes a poder identificarla, a combatir el estigma de la enfermedad mental, y fomentar que más personas busquen ayuda y puedan beneficiarse del tratamiento profesional y oportuno.
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Autor: Joel Ñufflo.
Médico Psiquiatra Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins
Director Médico Clínica Villa Salud
Docente Universidad Peruana Ciencias Aplicadas.
