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¿La convivencia en los gimnasios volverá a ser la misma en la era post-COVID?

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Los gimnasios en las últimas décadas se han convertido para la gente en una forma de vida y en una cultura que obedece a objetivos de salud, más allá de la estética corporal. En estos tiempos, en cualquier barrio de segmentación A, B o C, encontramos un gimnasio que siempre está dispuesto a brindar rutinas de entrenamiento desde las primeras horas de la mañana, hasta prolongadas horas de la noche. Sin embargo, desde hace ocho semanas la vida cotidiana de la gente ha dado un giro radical de 360° grados a causa de la pandemia del coronavirus que ha obligado a todos los gobiernos del planeta a instaurar inevitables cuarentenas para confinar a las personas.

Ante el aislamiento social, todos los gimnasios del mundo están cerrados y la incertidumbre viene ganando terreno porque nadie sabe a ciencia cierta ¿Cuándo terminará la pandemia? y ¿cuándo las personas podrán reunirse nuevamente de forma masiva sin ningún problema? Evidentemente el año 2020 del siglo XXI quedará acuñado en los anales de la historia.

¿Cómo surgieron los gimnasios?     

Para los antiguos griegos la educación física era sumamente importante de la misma manera que el desarrollo cognitivo y la retórica, y ejercieron un culto al cuerpo y a su belleza. Alrededor del siglo XVIII A.C ellos crearon los lugares donde los ciudadanos acudían desnudos a ejercitarse. De ahí que la palabra deriva de la etimología gymnos que significa desnudez y gymnasium “Lugar dónde ir desnudo”.

Posteriormente, la cultura del físico se fue ejerciendo de forma paulatina en toda Europa, hasta que en Alemania del siglo XVIII surgió el padre de la gimnasia, el profesor Friedrich Ludwig Jahn, considerado un nacionalista e idealista que vinculaba el amor a la patria con la gimnasia, porque estaba convencido que su práctica era el verdadero remedio contra los vicios de la burguesía alemana. Él inauguró en 1,811 en los parques de Hasenheide, lo que es considerado el primer lugar para la práctica masiva de gimnasia al aire libre. Jahn logró formar un movimiento gimnástico impresionante en poco tiempo, a tal punto que en 1,818 su asociación tenía en Prusia alrededor de 6.000 gimnastas conformados en cien sociedades; y en 1,868 superaron los cien mil.

Adolph Spiess fue un maestro de gimnasia en la escuela de Pestalozzi y fue el primero que instauró en 1,933 la educación física y la gimnasia en Alemania, e incluyó en sus rutinas de entrenamiento un horario de dos horas diarias, tres veces por semana. Se dice que el primer gimnasio instalado en un recinto interior fue el que se construyó en el estado de Hesse en 1,852 por iniciativa de Spiess.

En 1,890 en Estocolmo el medico ortopedista Jonas Gustav Zander fue el creador de la mecanoterapia y de las primeras máquinas fitness, no por algo sus prodigiosas máquinas ganaron la medalla de oro en la Exposición del Centenario de 1,876 en Filadelfia. A partir de ese momento los estadounidenses nunca prescindieron de las máquinas de entrenamiento, así como los 146 países que las adquirieron en el mundo. Aunque algunos historiadores consideran que el primer gimnasio que funcionó en los Estados Unidos es el que se construyó en la Universidad de Harvard en 1,820.

Otras de las influencias que motivó a los jóvenes a practicar deportes, fue la aparición de la Asociación Cristina de jóvenes (Young Men´s Christian Association) más conocida como el YMCA. Dicha asociación que se creó en 1,851 traspasó fronteras y más tarde tuvo sedes en cientos de países y su fama fue tan mediática que la banda neoyorquina Village People en 1,978 lanzó una canción con el mismo título de sus siglas, donde se narran las bondades de la asociación cristina.

Finalmente, en el siglo XX la cultura del fisicoculturismo fue impulsada por el canadiense Joe Weider que fundó la Federación Internacional de Fisicoculturismo (IFBB) y creó en 1,965 la más importante competición mundial de exhibición de músculos el Mr. Olympia, y también editó la famosa revista Muscle & Fitness.

Sin embargo, los ejercicios anaeróbicos tuvieron una especie de competencia y surgieron los ejercicios aeróbicos. Fue así que en los años ochenta apareció Jane Fonda y se convirtió en la gurú más famosa en el mundo de los aeróbicos. Ella, una mujer vital que ya había triunfado como actriz de cine, lanzó una serie de videos The Jane Fonda’s Workout’ en formato Beta y VHS con rutinas de aeróbicos que prescindían de las pesas y las máquinas. Fonda creo una cultura pop de los aeróbicos e inmortalizó un peculiar outfit para las mujeres deportistas del futuro, y que consistía en el uso de coloridas mallas, bodys y calentadores de ballet de lana.

¿Qué está sucediendo con los gimnasios en el mundo?

En Barcelona David Jaume, director del Gimnàs Esquaix Igualada asegura que el sector de ocio y deportes, y particularmente los centros de fitness serán los últimos en abrir porque son lugares de excesivo contagio porque se trabaja habitualmente cuerpo a cuerpo y el contacto es demasiado extremo porque también se comparten lavabos y duchas. Y probablemente no puedan abrir con normalidad hasta septiembre. Ernest Morera, director de relaciones ciudadanas del Gimnàs Social Sant Pau opina en parte como Jaume, y afirma que si ellos abren antes de lo previsto con reducción de aforo y actividades, de todas maneras van a sobrar los empleados, y entonces se pregunta: ¿quién resistirá hasta septiembre? Finalmente el propietario del Gimnàs Esquaix Igualada ha declarado: «Los gimnasios privados pasaremos muchas penurias y nadie nos vendrá a rescatar. Los clubes que no hayan hecho los deberes y no tengan un poco de músculo económico tendrán que endeudarse o cerrar. En cambio, los públicos los rescataremos entre todos».

En Canarias todos los centros deportivos están cerrados hasta nuevo aviso. Al respecto, el monitor de la Ciudad Deportiva de Gran Canaria Francisco Reyes Lechuga opina que como en aquellos centros deportivos y en el resto de gimnasios los usuarios ya abonaron el mes de marzo, entonces deberían devolverles el dinero de forma prorrateada. El hecho es que nada volverá a ser como antes, pero a pesar de ello las personas cautivas a la rutina de los gimnasios nunca dejaran de serlo, tal como lo declara Adrián que tiene 25 años y que ya lleva siete dedicado al entrenamiento a base de sacrificio, y que de todas maneras luego de que pase todo esto, tratará que todo sea como antes, porque él no imagina la vida sin un gimnasio.

En México la incertidumbre tampoco es la excepción, porque las autoridades federales ya están discutiendo planes para que al terminar la cuarentena por el coronavirus, se evite el acercamiento entre las personas y evidentemente los más afectados van a ser los gimnasios porque tienen elevadas concentraciones de personas.

En Colombia los gimnasios también cerraron sus puertas desde el 16 de marzo debido a la medida de cuarentena dictada por El presidente Iván Duque que también ha extendido la medida hasta el 11 de mayo. De todas formas los empresarios ya han solicitado al gobierno que su sector deportivo sea declarado vulnerable, considerando que ellos dan trabajo a más de 10 mil empleados y benefician a casi dos millones de personas, sin embargo, parece que no han sido escuchados porque aún no se han pronunciado ni en el Ministerio de Salud, ni en el Ministerio de Deporte y menos en el Ministerio de Industria.  Por lo pronto, el presidente Duque ha sido enfático cuando anunció: «No podemos estar en eventos de más de veinte personas. Tenemos que asumir un comportamiento de cultura ciudadana y de disciplina ciudadana muy clara».

En Argentina en la zona de Las Cañitas dentro del barrio de Palermo, Sofia Rodríguez de 26 años está preocupada porque el gimnasio Soma que formó su familia y que ella hoy regenta, está cerrado desde que se dictó la emergencia sanitaria y a pesar de no tener ingresos tiene que pagar la renta y las expensas del local, y no sabe a ciencia cierta cuándo va a reabrir sus puertas. A Sofia además le aqueja el temor de que probablemente la gente ya no vuelva por el miedo a contagiarse, ya que inevitablemente los gimnasios ya son declarados como focos infecciosos que coadyuvan a la trasmisión del Covid-19.  

Lo mismo le está sucediendo a la cadena de gimnasios Red Line Gym en Mar del Plata que cerró sus puertas desde el día que se dio el decreto presidencial. Su propietario Mauro Perrota y también miembro de la Cámara de Gimnasios y Afines reconoció que actualmente está desamparado porque ya no puede afrontar los gastos de alquileres, servicios y salarios. Y ya no podrá volver a trabajar como antes.

Por lo pronto, varios países de la región sur de Latinoamérica pretenden adoptar como modelo, el método de protocolo elaborado en China, donde en lugares públicos y cerrados hay una persona cada cuatro metros cuadrados de distancia y donde los equipos de entrenamiento también tienen como minimo dos metros de distancia entre ellos. Tampoco se permite impartir clases con los personal trainer que implican contacto y se han implementado termómetros laser infrarrojos para que se mida la temperatura de las personas cuando ingresan a los gimnasios.

¿Cómo afrontarán el problema los gimnasios en Perú?

Los lugares de entrenamiento físico también se convirtieron en un boom desde hace cuatro décadas. En esa época el fisicoculturismo era la panacea de los deportistas que buscaban cincelar sus cuerpos al estilo del legendario italiano Charles Atlas.

En aquel tiempo surgieron significativos gimnasios en la capital. Quién no recuerda el Enzo de San Borja, el Apolo del jirón Washington, el gimnasio de Benjamín Chávez en Chorrillos y el de Javier Talavera en Miraflores, el Roma del Callao y el Hércules de la avenida Alfonso Ugarte que no tenía una sola máquina, porque todo era a base de barras y pesas; aquel modesto gimnasio que estaba a unos metros de plaza Unión, era el fortín de los más faites que no necesitaban ingerir polvos proteicos, porque a punta de camote desarrollaban musculaturas realmente grandes.

Luego llegaron las franquicias de las grandes cadenas de gimnasios internacionales. Sin embargo, en los años noventa las máquinas de entrenamiento para construir masa muscular fueron en parte reemplazadas por jornadas en amplios salones donde se impartían rutinas de aeróbicos, Steps y Tae Bo. Luego se instauraron las rutinas de spinning y Pilates, hasta llegar a los entrenamientos de cardio que hoy representan la vanguardia: como el CrossFit y el Funcional. 

Y a pesar que un 60% de peruanos no realiza deporte principalmente por falta de tiempo y de hábito, los gimnasios han sabido incrementar a sus abonados y sus membresías, en especial con la generación de los millennials que alcanza a un 25%, a diferencia de los adultos que apenas llegan al 5%. Actualmente, existe en el país más de 1,800 gimnasios, según las estimaciones del International Health, Racquet and Sportsclub Association (IHRSA) y ello ha generado hasta el trimestre pasado ventas por más de US$180 millones de dólares en el mercado de su rubro.

Sin embargo, todas aquellas ganancias han sufrido un feroz golpe desde que se decretó la emergencia sanitaria, porque desde el 16 de marzo ningún gimnasio está funcionando y tampoco se sabrá cuándo lo volverán a hacer. Felizmente el presidente Martín Vizcarra acaba de anunciar que el Consejo de Ministros ha aprobado un Decreto Supremo que autoriza la reanudación de actividades económicas de manera gradual y en cuatro fases que empezarán en los próximos días. Es decir, implementar cada fase durará un mes, y se reactivarán sucesivamente en mayo, junio, julio y agosto. Pese a ello es inevitable hacerse la pregunta ¿en cuál de las fases le tocará abrir a los gimnasios? En ese sentido, el gobierno ha difundido a la opinión pública un cuadro somero emitido por la PCM de las posibles actividades que se reactivarán en las cuatro fases, y según aquel informe los gimnasios están comprendidos dentro del rubro de Servicios-Centros de entrenamiento (capacidad limitada)  por tanto, es probable que inicien actividades a partir del mes de julio, es decir en la fase 3.

Para conocer un poco más el difícil momento que están atravesando los gimnasios, conversamos con uno de sus protagonistas. Óscar Farach es propietario del Master Gym, unos de los gimnasios más emblemáticos de Barranco y nos dio sus impresiones:

¿Cuántos años tienes en el rubro de los gimnasios?

Empecé hace veinte años; primero en el Estadio Gálvez Chipoco y luego en el Tennis Club. También abrí una sede en Chorrillos y ahora sigo en el corazón de Barranco.

¿Y cuándo cerraste?

Justo lo hice el 15 de marzo, el mismo día que habló el presidente.

Como empresario ¿cómo ha afectado a tu economía esta cuarentena que ya lleva cincuenta días?

En marzo el gimnasio estuvo 15 días operativo, y con ese dinero que recaudé en esa quincena me alcanzó para poder vivir con mi familia, pero ahora la cosas se han puesto más feas y he tenido que empezar a vender las máquinas, las barras y discos que tengo en el depósito de mi casa y de esa manera me estoy manteniendo. Hay gente que me está comprando a precio de remate, porque no tiene lugar dónde entrenar y ahora lo está haciendo en casa.

¿A cuánto ascendía el número de membresías en el Master Gym?

Más o menos entre 250 personas durante todo el año.

¿Cómo has hecho con tu personal?

Ya conversé con ellos, e incluso al instructor del Funcional le pagué hasta marzo y vamos a seguir trabajando cuando se reanuden las actividades.

¿Ya hiciste algún plan de contingencia conjuntamente con otros promotores?

Claro, estamos haciendo planes con la Asociación de Gimnasios del Perú y la persona encargada nos está dando información de cuáles son los planes de contingencia que se están adoptando en los gimnasios de otros países, y ya se está formando el plan de contingencia local para presentarlo al ministerio de Salud.

Eso sería una alternativa para que ustedes tengan la aceptación en el sector

También creo que cada municipalidad debería fiscalizar y hacer un seguimiento a los gimnasios de cada distrito.

¿Las utilidades económicas ya no van a ser las mismas por las restricciones que habrá en el público?

De hecho, la gente tampoco va a asistir a los gimnasios como era antes, porque están con miedo. Entonces la afluencia ya no será la misma.  

Pero ahora tendrás que invertir en más personal y en artículos de desinfección

Claro, porque voy a tener que contratar personal adicional para que desinfecte permanentemente y tendré que comprar materiales como lejía, alcohol, gel desinfectante, mascarillas, etc.

¿Cómo has hecho con los pagos de la renta de tus locales?

Recién voy a hablar con el propietario para ver cómo vamos a hacer. Espero que me dé facilidades.

¿Cuál va a ser tu mayor temor cuando vuelvas a abrir el gimnasio?

Lo que más temo es que, a pesar que voy a tomar medidas de desinfección y formar grupos pequeños donde ingresarán a entrenar de diez en diez y con horarios individuales, ya no va haber público como antes. Por dos razones. Primero: porque de todas maneras tendrán miedo al virus, y segundo: porque tampoco van a tener el suficiente dinero para consumir los servicios del gimnasio, porque primero habrá que asegurar las necesidades básicas como vivienda y alimento.

¿Qué pasará con tu oferta de cardio y aeróbicos?

De plano, ya no habrá deportes de contacto como  Spinning, y Funcional. Por el momento solo trabajaremos con las máquinas y las pesas para la tonificación de músculos.

Óscar Farach no pierde el desaliento porque está al tanto del Decreto Supremo que reanudará desde este mes las cuatro fases de las actividades comerciales y sabe que en última instancia su gimnasio reabrirá en agosto, en caso que no pueda darse en el mes de julio. En ese sentido, el presidente de la Asociación de Gimnasios del Perú, Kike Fernández y que además es propietario del Arnold Gym de Matellini en Chorrillos, está coordinando con otros propietarios, entre ellos el del gimnasio Aldos Gym de San Miguel, y están esperanzados en que el gobierno autorice los permisos para abrir sus actividades económicas precisamente durante la 3ra fase que sería en el mes de julio.

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