Cronista visual de su entorno, enfebrecido retratista de un ande propio y de una urbe que ha hecho suya con los años, Aquiles Rondán, artista huaracino de significativa estancia en Lima, despliega su acuarela por esos paisajes que fueron siempre los sensibles episodios de su vida. Desde una infancia marcada por el sosiego rural hasta un momento actual en que la urbe capitalina se ha hecho carne de su carne, terminó planteando en sus pinturas una luz permanente, un magnífico fulgor cotidiano donde la complicidad del amanecer o del atardecer juega siempre un rol determinante.
De allí su decisión de hacer una plástica erigida en la experiencia personal, con colores que reproducen una realidad brotada de su inquietud anímica, con un cuño a naturalidad que va haciéndose intrínseco, y un trazo que legitima siempre el esfuerzo estético, el asombro visual y la lucha diaria por el estilo propio.
Obra: Cerro San Cristobal
Aquiles Rondán hizo estudios de arte en la Escuela Superior de Formación Artística de Ancash (Huaraz) y su acuarela ha sido vista en diversas exposiciones colectivas e individuales. Por su obra, ha obtenido diversos galardones regionales y nacionales. Pero lo importante en él, es que es uno de nuestros más persistentes acuarelistas con residencia en Lima, y esto se distingue en la decisión de enfrentar sentimientos contrapuestos como la alegre luminosidad de las mañanas y la prolongada nostalgia emitida por el atardecer.
Tal persistencia se revela también en su ánimo de acudir siempre al espectáculo del hombreen simbiosis con su escenario inmediato. Con lo cual se muestra dispuesto a identificar con agudeza y sinceridad, los elementos en los que reconoce el sin sentido, la rutina y los contrastes sociales.
Si nos fijamos en la travesía que ha hecho desde los escenarios rurales hasta los limeños, pasando por los detalles de esa localidad tan andina como moderna que es la ciudad de Huaraz, hallaremos una reveladora postura temática: la acuarela de Rondán sirve de marco para una mejor comprensión de aquellas sociedades que viven de espaldas a su transformación cotidiana, lo cual hace viable el despliegue de mejores ejercicios de reflexión. Su pintura, por tal razón, es ahora una de las más representativas de la pluralidad nacional.