La Casa de la Literatura Peruana, hoy conocida como “la chacra de la literatura”, por catorce años estuvo entregando un premio literario ilegal que fue creado de manera informal por un puñado de trabajadores que durante años se sintieron dueños de la Estación Desamparados. A solo unos metros de Palacio de Gobierno durante más de una década las exjefas Karen Calderón y Milagritos Saldarriaga, embaucaron a escritores como Mario Vargas Llosa, Carlos Germán Belli, Antonio Gálvez Ronceros, Edgardo Rivera, Oswaldo Reynoso, José Miguel Oviedo, Luis Urteaga Cabrera, Carmen Ollé, Cronwell Jara, Rossella Di Paolo, entre otros, entregándoles un premio que no contaba con una resolución de creación del Minedu.
El ilegal premio venía siendo observado por el área legal de Casalit, y lo grave es que, para promover, desarrollar y premiar, se usó dinero que no estaba destinado para esos fines. Debido al escándalo de las irregularidades hace dos semanas la parte administrativa y legal del Minedu, señaló que el premio se entregaba sin respetar el principio de legalidad. Es decir, no existía un marco jurídico. Este increíble caso sucede en el Perú, porque muchas veces se designa a personajes mediocres para dirigir instituciones educativas y culturales en el Estado.
Tras el escándalo del premio, se fabricó un bulo, un fake news impulsado por el portal Epicentro. Desde ese medio digital se afirmó sin argumentos ni pruebas, que el ilustrador Juan Acevedo había sido censurado. ¿En qué se basó el medio? Pues es la imaginación de Karen Calderón y de la colombiana Clara Elvira Ospina. El medio jamás presentó ninguna prueba.
Lo curioso es que el fake news de la censura a Juan Acevedo, fue compartido en las redes sociales por el propio ilustrador, por los amigos de las exjefas de Casalit y por algunos trabajadores de la Casa de la Literatura. Luego salió un comunicado firmado por solo 28 trabajadores de Casalit. Es decir, el comunicado solo fue respaldado por el 30%, ya que la institución adscrita al Minedu cuenta con un total de 75 trabajadores.
Además, nos hemos enterado que la propia área de prensa de Casalit, se habría encargado de petardear desde dentro la gestión del director de Casalit Juan Yangali y del ministro Morgan Quero, con la finalidad de que no se investigue los 14 años de irregularidades. Lo último que se sabe es que Yangali presentó su renuncia pero aún no ha sido aceptada. Basta de victimizarse con una falsa censura.
(Columna publicada en Diario UNO)