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LA CAJA QUE GUARDA TANTO NO ES UNA CAJA CUALQUIERA

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Escribe Rebeca Ráez

Dos cuerpos desnudos parecen siameses o gemelos. Son tan parecidos que sus movimientos nos confunden. No logramos distinguir las figuras híbridas que se forman, que nos pierden en el propio universo del cuerpo, en los diminutos detalles del músculo y la carne, en los caminos de la piel.

Una caja de madera en el escenario, de proporciones grandes. Ella entra, él sale y se vuelven a cruzar. Lo cotidiano se hace danza, bailamos la existencia, las contradicciones de pareja, la pasión de un abrazo en tiempo acelerado, lo ridículo de los días en el desorden de la habitación, las reglas efímeras de una relación, la complejidad de las dependencias emocionales. Aquellas que pueden hacer tanto daño, cuevas de una ceguera sin apuesta.

Mauricio Darte y Charlotte Giusti entregan técnica, precisión, convicción, dejando sus cuerpos fluir y contar una historia a través de las imágenes, destapando la cortina de la intimidad de una mujer y un hombre, de un hombre y una mujer, relatando la verdad de los sueños y las ilusiones de un viaje de amor, que se transforma en posesión, en control, en competencia, y que vuelve constantemente –a pesar del cansancio– al remanso del amor.

Es un placer enorme ver a ambos artistas escénicos desplegar la confianza necesaria para poder sostener sus cuerpos, saltar juntos u optar por situaciones de riesgo donde hay que conocer muy bien al otro. En esa dimensión escénica observamos que un hombre y una mujer se sostienen, podemos percatarnos que la escena no prospera sin el otro. Ambas energías se complementan pero también producen la fuerza contraria, necesaria en el arte escénico, y fuera de las tablas también.  Es ahí cuando el conflicto tiene que ser real y por ende, explosivo.

“La Caja” es el reciente estreno de Casa Darte en Cusco, después de tres años de investigación, y podremos verlo en la programación del Festival Cuerpo a Cuerpo organizado por el Sector Danza Cusco del 27 al 30 de abril.

CASA DARTE nace el año 2004 buscando integrar teatro, música, danza, artes plásticas, generando reflexión sobre el concepto de identidad y sociedad; implicando a la comunidad donde están establecidos. Han realizado más de 20 trabajos escénicos entre los que destacan “El Gran Regreso de Boris” de Serge Kribus, ganadora de la muestra regional de teatro, “Tanta Wawa – Ritos de la vida y de la muerte” (2013), “Quien no tiene de inga tiene de mandinga” (2017) sobre la discriminación racial, obra invitada a Austria.

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